El 4F sorprendió al país y, en consecuencia, al movimiento popular, este se mantuvo inmóvil, paralizado, mientras digería la nueva situación. Pero es indiscutible que el 4F produjo una conmoción política nacional que sacudió los soportes de "la democracia representativa", la cual desde hacía mucho tiempo ya no representaba a nadie; abrió la conciencia de la nación venezolana hacia la posibilidad de nuevos logros y produjo en el poder una situación de equilibrio inestable. El 4F produjo un renacer de la esperanza política en el pueblo oprimido, que ha estado marginado de las prebendas políticas y económicas que usufructúan las esferas dominantes de la sociedad venezolana "Compañeros: lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital; es decir, nosotros aquí en Caracas no logramos controlar el poder" H.C.
Esa frase, que quedó inscrita como un punto de quiebre en la historia de Venezuela, el 4 de febrero de 1.992, dio por concluido el movimiento cívico-militar liderado por el entonces Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, que se rebeló contra el gobierno del ex presidente Carlos Andrés Pérez.
Hoy a veinticiete (27) años de aquel memorable suceso, conmemoramos esa fecha como el Día de la Dignidad. El alzamiento y la insurrección popular ocurridas el 27 y 28 de febrero de 1.989 fue el antecedente que dio origen a la rebelión militar del 4 de febrero de 1.992, y ambos acontecimientos dieron inicio a la Revolución Bolivariana, lo que significó la esperanza para Venezuela, América Latina y el mundo.
Aquel martes 4 de febrero de 1.992, la ya descrita rebelión Cívico-Militar movió las fibras revolucionarias en Venezuela para lograr el despertar de la fuerza popular de una nación. Venezuela venía del Caracazo. El gobierno de Carlos Andrés Pérez (AD) enfrentaba un alto nivel de impopularidad, con una serie de paros y protestas, a la que se sumaron docentes, estudiantes, transportistas, empresas básicas, tribunales y médicos.
La situación del país en términos de brotes endémicos se recrudeció y repuntaron enfermedades como el paludismo y el cólera. Los servicios básicos se hicieron cada vez más irregulares, al tiempo que persistía la indolencia de una clase política desgastada que continúo empobreciendo al país.
Así fue como toda esa situación país, dio paso a que fuera tomado por asalto el Palacio Presidencial, actividad que se inició a las 12 de la madrugada del 4 de febrero, al tiempo que se asaltaba la residencia presidencial (La Casona), y otras importantes ciudades del país, por uniformados que se identificaron como el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), movimiento político fundado a lo interno de las fuerzas armadas en 1.983 bajo el pensamiento de Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora e integrado por los llamados COMACATES, Comandantes, Capitanes y Tenientes de mediana graduación, y hegemonizada por un proyecto nacionalista revolucionario, que sería el resultado de la colaboración de más de una década entre la izquierda civil y militar.
El Ex presidente Pérez escapó, esta vez hacia la sede de Venevisión, canal de televisión propiedad de su socio de décadas, Gustavo Cisneros y desde allí condenó la rebelión, cerca de la 1:00 de la madrugada.
Frustrado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se rindieron, luego que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas leales al gobierno de entonces.
Chávez fue arrestado y privado de su libertad por fuerzas de seguridad. Su histórica alocución fue transmitida ante los medios de comunicación, en donde el Comandante asumía la responsabilidad del alzamiento, y ordenaba a los insurgentes que aún luchaban en Aragua y Valencia (al norte del país) que se rindieran para evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez que pedía a sus partidarios deponer las armas.
El 4F no coronó el propósito inmediato de la toma del poder, pero puso al descubierto el mar de fondo de las contradicciones con que se dirige a la nación venezolana, y fue una sacudida política de tal magnitud, que revitalizó la potencialidad de este pueblo imaginativo y peleador. Desde este punto de vista, ese acontecimiento fue una necesidad histórica. El 4F dotó a la nación de un objeto estratégico en lo político: la nueva democracia, y anuló la validez de los viejos planteamientos de todos los partidos existentes.
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