viernes, 31 de enero de 2020

Muere José Felix Ribas

31/01/2020


El 19 de septiembre de 1775 nació en Caracas José Félix Ribas. Su familia era de las más distinguidas en la Caracas Colonial y también de las más numerosas, pues sus padres tuvieron once hijos, siendo el onceavo Ribas. Recibió buena educación, incluso fue alumno del Seminario.

Se dedicó luego a labores agrícolas. Casado con María Josefa Palacios, tía de Simón Bolívar.
Fue de los más apasionados partidarios de la revolución y uno de los primeros en la prédica y en el ejemplo. Vale decir, uno de los principales próceres de la Independencia. Tuvo un alma eminentemente republicana.

Toma parte en la conspiración de 1808, procesado, declara que iba a la cuadra de los Bolívar "a divertirse". En efecto hubiésele podido creer, pues era conocida su pasión por el juego, pero mayor era su afán libertador; bajo aquel pretexto, allí se congregaban muchos criollos con la finalidad de preparar un plan de Independencia.

Llegado el 19 de abril, "En este día solemne, José Félix Ribas se multiplicó por calles y cuarteles, animando en medio de la muchedumbre incierta, venciendo resistencias tímidas, pero embarazosas, esforzando a los débiles, llenando los pechos de su osadía y entusiasmo".
Su actividad y reconocido patriotismo lo llevan al Ayuntamiento. El 25 de abril es miembro del Gobierno Provisorio.

Recibe el nombramiento de Coronel del Batallón "Barlovento". Adquiere un raro ascendiente sobre la población y se convierte en uno de los primeros defensores y representantes de la clase de "pardos".

Ribas había escrito a Miranda en los años de 1808 y 1809; cuando éste llega a Venezuela le presta apoyo decidido; forma, en la Sociedad Patriótica, en el grupo que se distinguió por ideas de Independencia inmediata; grupo de exaltados según algunos, de individuos conscientes de la realidad según otros. Grupo cuya influencia creció rápidamente y se ejerció sobre el pueblo y el Congreso. Al decir de uno de sus miembros, la Sociedad era "alta montaña de la santa demagogia"…

Todas estas circunstancias hacen de Ribas un hombre sospechoso al Gobierno; durante casi tres años no recibe cargo correspondiente a sus méritos y aptitudes, y cuando llegan a Caracas noticias de las ejecuciones en Quito, la familia Ribas organiza la protesta y a poco la Junta expulsa a Ribas por su participación en dichas manifestaciones. Digamos de paso que 14 miembros de esta familia morirán por la República.

Cinco meses dura el destierro y cuando regresa, lo hace con renovados bríos. En la dictadura de Miranda, ejerció por poco tiempo la Gobernación de Caracas, cargo en el cual sería sustituido, de orden del mismo Miranda por el más tarde muy conocido Quero.

Recibió encargo de fortificar y defender el Portachuelo de Guaica. Capitulado Miranda, Ribas sale del país gracias a un pasaporte extendido por su pariente Monteverde (4 de agosto de 1812), y permanece algunos meses en Curazao. Pasa después a Cartagena; hace la campaña de Santa Marta con Bolívar. Fue el jefe de vanguardia en la marcha sobre Cúcuta y el 28 de febrero de 1813, decide la acción dada contra los realistas.

Fue comisionado por Bolívar para pedir al Gobierno de la Unión y al General Nariño, auxilios y "la orden para continuar nuestra marcha victoriosa"…

El 18 de marzo el Ejecutivo granadino envió las órdenes, pero con la absurda limitación de someter las decisiones a voto de Consejo de Guerra. Situación aprovechada por Castillo para obstaculizar la marcha de Bolívar.

Ribas recibió del Gobierno de Bogotá 150 hombres y algunos elementos de guerra y organizada la expedición, fue nombrado jefe de la columna de retaguardia.

El 20 de junio, Bolívar ordena a Ribas apresurar la marcha y reunirse con Girardot en Boconó. Como se creía en la posibilidad de una incursión realista, proveniente de Barinas, Bolívar proyectó interceptarlos cayendo sobre ellos con las tropas de Ribas que todavía no habían salido de Mérida (21 de junio de 1813).

Desvirtuada la información, desiste Bolívar y marcha con la vanguardia(Girardot) el 26 de junio. El 27 estaba en Boconó.

En tanto Ribas, por Las Piedras, bajó a Santo Domingo y por el Norte buscó el río Burate para salir luego a Niquitao y Boconó, a donde llegó el día 30. Siguió sin detenerse, hasta la Boca del Monte donde se reunió con Urdaneta. Bolívar, a su vez, había llegado a Biscucuy.

Conoce Ribas de la marcha de un destacamento realista al mando de José Martí, por la vía de Calderas hacia Niquitao. Retrograda para darle combate. El 1º de julio llega a Niquitao (13 leguas de marcha); el 2 está frente a los españoles en La Vega. Estos disponían de unos 800 hombres, Ribas de 400 … Rechazando el enemigo, trató de resistir apoyándose en un terreno quebrado y peñascoso; Ribas continúa el combate y hace subir la caballería patriota sobre unas alturas dominantes de la retaguardia realista. Apoyada esta acción por ataque frontal, las filas españolas ceden y se dispersan. Tal fue el combate de Niquitao. Ribas tomó 450 prisioneros y gran cantidad de armas y municiones.

Bolívar había seguido en rápida marcha hacia Guanare, donde batió a Olmedilla. Entró en la ciudad el 1º de julio de 1813. Allí lo alcanzó Girardot con el resto de las tropas. Desde Guanare informó a Ribas del avance de Martí, y si lo ha batido le ordena venir a Guanare velozmente. En caso de derrota debía buscar salir por el mismo itinerario tomado por Bolívar (Boconó-Guanare).
La marcha retrógrada de Ribas y su combate contra Martí han sido grandemente criticados, pues era más importante apresurar la reunión.

Vencedor Ribas en combate bastante desigual (efectivos, posición), debe atribuirse el triunfo a su confianza en la victoria y a su inaudito coraje, sin olvidar el movimiento acertado de la caballería sobre la espalda realista, factor determinante de la huida.

La suerte, decían los antiguos, acompaña a los audaces; en este caso la audacia se acompañó de buen tino y ardor combativo.

Bolívar continuó su marcha sobre Barinas, la cual fue abandonada por los españoles al saber de su derrota en Niquitao; (5 de julio de 1813) Bolívar lanza a Girardot sobre Tízcar quien al dejar Barinas había abandonado artillería y cinco escuadrones de lanceros.

El 9 de julio, había ordenado a Ribas batir una columna enemiga fuerte de unos 500 hombres al mando del Gobernador Fuentes y de otro Jefe de apellido Cañas, en El Tocuyo; el 17, ya informado de la retirada enemiga, le ordena seguir sobre Araure "por el camino más corto". En Araure podría tropezar con el Comandante Oberto y debería destruirlo. Luego se le reunirán Urdaneta y Girardot.

El 18 de julio, Ribas está en El Tocuyo; el 20 se mueve contra las fuerzas de Fuentes y Cañas, quienes se retiraron. En tanto, Oberto retrocedió a Barquisimeto donde reunió fuerzas procedentes de Coro y las de Fuentes y Cañas. En total unos 800 hombres de a pie y 100 jinetes. Tenía cuatro piezas de artillería.

Ribas no esperó a Urdaneta y Girardot; conocedor del movimiento realista, los buscó por la vía de Barquisimeto, para encontrarlos en Los Horcones el 22 de julio de 1813. Ribas disponía de 500 infantes y 100 de a caballo. Empeña la acción y luego de dos intentos rechazados, al tercero los corta y derrota totalmente. Con 50 jinetes los persigue. Entró en Barquisimeto el mismo 22, donde reorganizó su gente.

Ribas al seguir a Oberto desobedecía a Bolívar quien le había impuesto marchar por el camino más corto a la reunión. Su carácter impetuoso le hizo aprovechar el ascendiente tomado sobre el enemigo y la voluntad combativa de sus tropas.

Urdaneta había llegado el 20 a Araure y siguió tras de Ribas; el 23 supo el éxito de éste y contramarchó para unirse a Girardot.

Marcha Ribas por San Carlos (que había sido desocupada el 2 de agosto por Izquierdo) buscando reunirse con Bolívar (quien el 31 en Taguanés deshizo al mismo Izquierdo), en la ciudad de Valencia. Es nombrado Comandante de San Carlos. Debe aclararse que no consta la presencia de Ribas ni de alguna de sus unidades a la orden de Bolívar en Taguanés.

El 7 de agosto, Bolívar culmina su "Campaña Admirable" al entrar en Caracas, abandonada por el Gobernador Fierro a pesar de la Capitulación muy honorable concedida por el Libertador.
De san Carlos, Ribas pasa a Caracas donde asume la Gobernación de la Provincia. En estas funciones recibe el aviso del posible arribo a La Guaira de una expedición española. Se trataba de la fragata "Venganza" (40 cañones), una goleta y 6 transportes en los cuales viajaba el Regimiento de Granada (unas 1.200 plazas) al mando del Coronel Salomón.

Ribas procedió a preparar una celada con el objeto de capturarla u ocasionarle grandes daños. Al efecto, vistiéronse las tropas con uniforme español y se izaron las banderas españolas en las fortalezas.

El 13 de septiembre, una lancha al mando de Don Ignacio Marimón vino a tierra, donde Ribas había hecho sacar de prisiones al Coronel Francisco Mármol y a otros prisioneros y bajo grandes amenazas los obligó a recibir a sus paisanos.

El segundo de Marimón, Alférez Begoña ordenó desde la lancha algunas señales convenidas y la escuadra fondeó a las 3 ¼ p.m. Repentinamente, desde las fortificaciones abrieron fuego contra barcos. Estos cortaron anclas y favorecidos por una súbita racha de viento hiciéronse a la mar, salvándose de la celada. El fuego le ocasionó daños, pero Salomón pudo llegar a Puerto Cabello, por lo cual los patriotas se vieron obligados a levantar el sitio.

No es conocida la causa de la alarma y de los fuegos. Créese por algunos en imprudencia de Ribas, quien no pudo dominar su impaciencia y Marimón ordenó a su gente resistir produciéndose disparos en la lancha y la alarma general y fuegos. En este caso, grande daño hizo a la causa republicana.

Otros refieren que Marimón vio lágrimas en los ojos de Mármol y optó por sacrificarse y dar la señal de alarma; salvó así la escuadra. Pero el buen viento y el poco efecto de los tiros (no se hundió ningún transporte) ayudaron a realizar el escape. El 16 llegó la Escuadra a Puerto Cabello.

Ribas en previsión de un posible desembarco movió sus tropas y se instaló hacia Maiquetía. En su calidad de Gobernador extremó las medidas de seguridad, redujo a prisión los sospechosos y sometió a la ciudadanía a frecuentes alarmas para verificar sus aprestos defensivos y mantener el espíritu.

El Coronel Salomón, con la idea de ocupar Valencia y amenazar la vía de Caracas y la espalda de Bolívar salió de Puerto Cabello, pero su lentitud permitió a Bolívar llegar a Valencia. Y las medidas de concentración tomadas por él, llamando a Ribas: "Haga venir a San Carlos a marchas forzadas cuanta tropa se pueda de La Guaira, Caracas y Valles de Aragua"…bastaron para cortar ese avance.

En efecto, Salomón siguió a Patanemo y el 22 de noviembre se instaló en los cerros de Vigirima amenazando bajar al valle.

Ribas se presentó en Guacara obedeciendo al llamado de Bolívar, con 500 soldados de infantería, muchos de ellos estudiantes y 200 jinetes al mando del excéntrico Coto Paúl; reunido al Libertador, a la gente de D’Elhuyar y a las tropas de Gogorza y Villapol, sumarían 2.000 infantes y 300 caballos. El 23 D’Elhuyar empieza el combate sobre la izquierda mientras Ribas ataca el centro; la pelea se generaliza pero sin resultados efectivos. Salomón no se mueve de su posición. Al siguiente día los patriotas emprenden una serie de reconocimientos por el fuego, que se convierten en fuego de línea infructuoso y que el Libertador hace cesar.

El 25 a los doce del día se reanuda el combate. D’Elhuyar consigue forzar la izquierda realista, mientras que Ribas y Bolívar atacaron el centro. En la tarde habían desalojado a Salomón quien se retiró hacia Puerto Cabello. Las tropas colecticias del Caracas, compuestas por estudiantes, agricultores, gentes de toda condición, animadas por el heroísmo de Ribas, quien en persona, con gravísimos riesgos para su vida los guió al combate, suben los riscos, soportan el fuego y llegan a las posiciones de Salomón sobre quien caen el arma blanca haciéndole huir.

Prácticamente la acción fue dada al comando de Ribas. Este se encargó del Ejército mientras Bolívar pasaba a Caracas, para inaugurar la Asamblea y tomar medidas políticas y civiles. Decide Ribas estrechar el sitio de Puerto Cabello y el ocho de enero de 1814 pudo apoderarse de algunas obras exteriores. Puente de Afuera y las baterías de San Luis y el Trincharen.

Sin más recursos, Ribas vuelve a Caracas de donde él sale con 800 hombres a disputar los Valles de Aragua al tirano Boves. Caracas amenazada desde el Tuy por Rosete y desde La Victoria por Boves, quedó al mando de Arismendi quien con drásticas medidas trató de limitar los efectos del avance realista.

Ribas llegó el 10 de febrero de 1814 a La Victoria, espantando a los guerrilleros realistas que la ocupaban. De inmediato procedió a fortificarse sumariamente. La población en su mayoría, temerosa de las crueldades de Boves y de la inminente lucha, había abandonado sus casas y marchado hacia Caracas. El 12, a las siete de la mañana se presentaron las tropas realistas y a las ocho se generalizó el combate.

Las tropas patriotas compuestas por seminaristas, voluntarios y todos los soldados que pudo sacar de La Guaira y Caracas, no pasaban de 1.500 hombres. Al comenzar los fuegos, Ribas recorrió la línea de defensa y las arengó: "No podemos optar entre vencer o morir, es necesario vencer"

Morales ejercía el comando realista por estar Boves herido; tenía unos 4.000 hombres, de ellos sólo 1.800 eran fusileros. El resto de lanceros. Su artillería, cuatro piezas.

Si algún Jefe ha estado a la altura de su misión, ninguno como Ribas en La Victoria; sobreponiéndose a todos los peligros, oponiéndose con el fuego o el arma blanca a los ataques enemigos, atacándolo a su vez, sin reposo ni cuartel, inutilizó la superioridad numérica enemiga con un sabio uso de la defensiva.

En la tarde, a las cuatro y media, una polvareda por el camino de San Mateo y la vacilación del enemigo, le anunciaron el arribo de refuerzos.

Dispuso Ribas una salida al mando de Mariano Montilla para ayudar a la entrada del destacamento auxiliar. Los gritos de "Campo Elías! Campo Elías!" en las filas españolas identificaron al Comandante de las tropas auxiliares y esparcieron en aquéllas, desasosiego, transformando por el choque en temor. A las cinco y media de la tarde, los realistas levantaron el cerco y en desorden se retiraron no sin abandonar algunas tropas cercadas por los independientes en las calles adyacentes a la plaza. Ribas ordenó a Montilla y a Campo Elías persiguieran a los desmoralizados realistas.

El 13 de febrero algunas tropas de Boves y de Morales amenazaron un retorno, pero fueron batidas en Pantanero por el incomparable Campo Elías.

Bolívar ascendió a Ribas al Generalato en Jefe y al hijo a Capitán (13-2-1814) En su proclama le tituló "Vencedor de los tiranos en La Victoria".

La Municipalidad de Caracas le acuerda una estatua, Ribas contesta: "La sangre de los caraqueños derramada en La Victoria y la protección visible de María Santísima de la Concepción fueron los que salvaron la Patria en aquel memorable día…" "Los mármoles y bronces no pueden jamás satisfacer el alma de un republicano".

Ribas había cumplido con honor, y de aquel tremendo combate que contribuyó poderosamente a levantar el espíritu de las tropas patriotas en vísperas de entendérselas con el grueso del ejército de Boves en San Mateo, pasó a otros: a defender su ciudad natal de la invasión de Rosete.

Con unos 2.000 hombres había penetrado por los Valles del Tuy aquel Jefe español, uno de los más miserables y feroces, el once de febrero de 1814 hizo una degollina en Ocumare del Tuy, no perdonó sexo ni edad, profanó el templo, en el cual se había refugiado parte de la inerme población, masacrada en presencia de altares y santos.

Rosete prosiguió su marcha con unos mil hombres y sin ánimos para atacar Caracas, quedose en Charallave. Ribas dejó en La Victoria una pequeña guarnición y luego de enviar auxilios a Bolívar, marchó a Caracas para seguir sobre Rosete; llevaba unos 700 hombres.

El 20 de febrero de 1814, a mediodía, destruyó en Potrerito una avanzada enemiga. A las dos de la tarde, con el grueso de sus tropas atacó las burdas fortificaciones de Rosete, fijándolo por el frente, mientras hacía pasar a través de unos camalotales, una columna, para atacarlo sobre la espalda. Una hora después, los realistas se derrotaron, dispersándose, luego de sufrir grandes bajas.

Desgraciadamente ni la situación ni sus fuerzas permitieron a Ribas una persecución exhaustiva. Boves decidió que Rosete insistiese sobre Caracas y al efecto le proporcionó nuevas tropas; sumadas a los efectivos escapados el 20 de febrero, constituyeron una fuerza de 3.000 hombres. Con ellos, de nuevo volvió Rosete. La situación de los patriotas era gravísima, sucedíanse los combates de San Mateo y creían los caraqueños que el Libertador no podría desprenderse de ningún cuerpo para socorrerlos. Ribas estaba enfermo de cuidado. Casi no habían tropas veteranas. Ante el peligro, se reunieron voluntarios y los efectivos disponibles, en todo unos 800 hombres con los cuales marchó Arismendi. Este cometió el error de atacar a Rosete en Ocumare sin explorar previamente los accesos; en los cacaotales Rosete había emboscado numerosa gente, la cual tomó de sorpresa a los patriotas y los destruyó. Escapó Arismendi con unos 200 hombres.

La derrota sumió a Caracas en el más grande terror. Pero Bolívar quien había sabido de Rosete, el 10 de marzo envió en socorro a Mariano Montilla con 400 hombres; estas tropas entraron a Caracas el 12, donde Ribas asumió la Jefatura y reuniendo los restos de la fuerza de Arismendi y voluntarios, pudo salir, llevado en una especie de litera, con unos mil hombres. (17 de marzo de 1814).

El 20 de marzo estaba frente a Rosete quien se había dispuesto en el pueblo de Ocumare, privándose de la buena utilización de sus jinetes y de poder actuar en fuerza. Había dispuesto otra vez partidas en los cacaotales. Ribas las hizo batir por Leandro Palacios, quien siguió sobre la izquierda de Rosete. En tanto, el Comandante Gogorza atacó la derecha. Ribas, en persona, llevó el ataque sobre el centro y en dos horas de pelea lo rompió e incendió las casas ocupadas por el enemigo.

La caballería realista fue interceptada al iniciar una carga por los jinetes. A poco lo españoles comenzaron a huir, declarándose luego en total derrota. Ribas los persiguió hasta Cúcuta, de donde regreso a Caracas a la cual entró en triunfo. Mariano Montilla y Leandro Palacios continuaron la persecución.

Serían éstos abnegados Oficiales quienes encontraron a la División de Bermúdez, ocupada en destruir el resto de Rosete. Con ello se juntarían los esfuerzos de Oriente y Occidente.
Ribas, el 19 de mayo de 1814, lleva 600 soldados de refuerzo a Bolívar y como Jefe de las reservas de combate en la primera Batalla de Carabobo. Del campo regresó a Caracas con una pequeña escolta.

La derrota de La Puerta significó la caída de la República en manos de Boves, el 15 de junio de 1814.

El 25 de junio de 1814, Ribas destruye en Las Cocuizas una avanzada realista y detiene su marcha de reconocimiento, permanece a la expectativa y regresa a Caracas de orden de Bolívar.

El 6 de julio, Bolívar y Ribas derrotan en Antímano a una columna realista. En la noche en una Junta de Guerra, sus amigos querían hacerlo nombrar Jefe Supremo… Moción que fue descartada y Bolívar de nuevo recibió el encargo de "salvar la Patria".

Decídese la emigración y más de 20.000 personas marcharon a Oriente en la esperanza de salvarse de Boves -7 de julio de 1814-. Ribas parece haberse opuesto al abandono de la capital y dicen que gritó a Bolívar: "Simón, Simón, deja reparar los males que has hecho!".

Derrotados los patriotas en Aragua de Barcelona, pierden la cohesión, la disciplina y hasta el principio del objetivo. !Cada uno o quiere mandar o ver por su vida!.

En Cumaná, Mariño convocó a reunión y se dispuso a partir por Güiria; las tropas que quedaban, al mando de Ribas salieron para Cariaco. Mariño había perdido el primer puesto de Oriente. ¡Y a Bolívar lo suplantaba su fogoso tío!.

De nuevo repitieron (ahora aumentado por la reunión realista) el error de lanzarse al combate sin unidad de mando, sin unidad de criterio, con una oficialidad desorientada por aquel continuo discutir y disminuidos en número.

El 5 de diciembre de 1814 se dio la batalla de Urica. Boves se ordenó en tres gruesas columnas y al llegar los patriotas avanzó sobre ellos; Bermúdez lo combate obligándolo a volver a su línea. A favor de este movimiento los patriotas se abrieron y marcharon sobre los españoles, quienes les hicieron un violento "fuego de cañón y fusilería". Ribas continuó su avance; a menos de un tiro de fusil ordenó fuego y lanzó sobre la derecha de Boves tres escuadrones escogidos y bien ejercitados, eran éstos los "Rompelíneas"; conducidos por Zaraza, Monagas y Barreto, cargaron con tal denuedo que rompieron y dispersaron a los realistas. Boves al ver el éxito de la carga patriota cargó a su vez con el centro; recibió un lanzazo y a poco murió. Pero su carga y el ataque de su ala izquierda rompieron el centro patriota y los envolvieron por la derecha. La infantería patriota pereció en el campo de batalla.

La caballería huyó después de haber peleado flojamente. La derrota de Urica significa el fin de la resistencia organizada en tierra firme; la República seguirá viva gracias al empeño de Páez, Cedeño, Zaraza y otros, que continuaron el combate en las más duras condiciones. Bermúdez y Ribas escaparon. Morales se hizo reconocer como Jefe de los realistas y marchó sobre Maturín donde el 10 de diciembre en la noche y el 11 en la mañana Ribas y Bermúdez le hicieron una resistencia tanto más heroica cuanto sólo tenían unos 450 hombres. Derrotados, huyeron. Ribas fue capturado por los realistas en compañía de un sobrino y de un criado. Los había delatado un esclavo de nombre Concepción González. El Justicia Mayor de Tucupido ordenó su muerte el 31 de Enero de 1815, dentro de grandes vejaciones. La cabeza frita en aceite fue enviada a Caracas, donde cubierta con el gorro frigio que solía usar Ribas, la colocaron en la Puerta de Caracas dentro de una jaula en el camino de la Guaira.

Dícese que Concepción González sobrevivió, huido en los montes, hasta comienzos de la Guerra Federal, cuando una guerrilla lo tropezó. El Jefe al reconocerlo dijo: ¡"ah caráa… Concepción… vamos a arreglar el asunto del General Ribas…! Y lo hizo ahorcar.

Ribas es Jefe, de aquellos muy escasos, capaces de infundir terror al enemigo, alientos a la población civil y de hacer que los soldados le crean. Con ello obtenía resultados donde otro hubiese perecido. Sus combates son acciones de pequeños efectivos y hoy es difícil juzgar sobre las maniobras efectuadas; pero en Urica, dispone una masa de caballería bien disciplinada y combativa y con ello hace romper la línea de Boves.

Pero, se ha lanzado a la batalla sin meditar que sus Jefes y soldados no son los caraqueños o aquellos héroes de la Campaña Admirable. No ha tenido tiempo de consolidar su autoridad, discutida, criticada, para algunos de los más importantes habida en forma de traición. Además, no conoce bien las aspiraciones de los Jefes y soldados orientales para quienes él es un Jefe de Occidente. Va pues a la batalla, sin cohesión y por ello se pierde.

La falta más grave es la de no haber sacrificado sus personales puntos de vista al objetivo: derrota del enemigo. Verdad es que Bermúdez era uno de los hombres más difíciles de su tiempo; Ribas no tuvo de los grandes jefes el poder de atraerlo, de persuasión, porque es posible que él, en esas circunstancias no hubiere bien definido su tarea.

La cualidad esencial de Ribas es su valentía, ésta le ayudaba en las decisiones arduas, pero no embotaba su razonamiento. Más desgraciadamente, ella le impulsaba a encontrar defectuosos los procedimientos ajenos y todo fracaso (¿y los suyos?) ajeno, parecíale criminal. Enamorado de la Patria llegó al extremo de quererla para él solo. Desconoce a Bolívar. Cree necesario probar otra fortuna, cuando ésta era únicamente cuestión de unidad.

Al hacerlo y precisamente cuando las derrotas y las fatigas de la emigración habían hecho surgir odios, desgano y temores, se hace responsable de la pérdida de un Ejército que hubiese podido mantener a Venezuela viva en el Oriente. También, es cierto, paga su error con la vida. Una vida todavía prometedora, más, al morir, cumple la promesa hecha al Cabildo caraqueño.

Para el Jefe y para el soldado será ejemplo de coraje y capacidad de sacrificio; y para todos los venezolanos, ejemplo del más puro republicanismo.

jueves, 30 de enero de 2020

72 años de la muerte de Mahatma Gandhi

30/01/2020


Un 30 de enero, hace 72 años, fue asesinado una de las figuras indias más emblemáticas y con mayor ascendencia tanto en su país como en la historia mundial. En 1948 segaron la vida de Mahatma Gandhi.

Mohandas Karamchand Gandhi, mejor conocido como Mahatma Gandhi, nació el 2 de octubre de 1869 en Porbandar, India. A sus 78 años fue asesinado un 30 de enero de 1948 en su casa de Birla House, Nueva Delhi.

Cuando Gandhi se dirigía a una reunión para rezar fue ultimado, al recibir tres impactos de bala. El homicida fue Nathuram Godse, un radical hindú relacionado con grupos ultra derechistas de la India, como era el partido Hindú Hahasabha, quienes acusaban a Gandhi de debilitar al nuevo gobierno en su insistencia de que le fuera pagado a Pakistán el dinero prometido. 

Sus asesinos, Nathuram Godse y Narayan Apte, fueron juzgados y condenados a muerte, los ejecutaron el 15 de noviembre de 1949. Mientras quien era considerado como el actor intelectual del asesinato, el presidente del partido Hahasabha, Vinayak Damodar Savarkar, quedó libre sin cargo alguno por falta de pruebas. 

>> Colorida celebración en La India por el Día de la República

Gandhi implantó métodos de lucha social novedosos como la huelga de hambre, y en sus programas rechazaba la lucha armada y realizaba una predicación de la áhimsa (no violencia) como medio para resistir al dominio británico. 

En sus ideales promovía ampliamente la total fidelidad a los dictados de la conciencia, llegando incluso a la desobediencia civil si fuese necesario; además, bregó por el retorno a las viejas tradiciones hinduistas.

Fue encarcelado en varias oportunidades, y se convirtió en un héroe nacional. Su influencia moral sobre el desarrollo de las conversaciones que prepararon la independencia de la India fue considerable, pero la separación con Pakistán lo desalentó profundamente.

Al conseguir la independencia de la India, Gandhi trató de reformar esta sociedad, empezando por integrar las castas más bajas y por desarrollar las zonas rurales. Reprochó los conflictos religiosos que siguieron a la independencia de la India, defendiendo a los musulmanes en el territorio indio.
Gandhi al momento de morir exclamó: "¡Hey, Rama!". Esto se interpreta como un signo de su espiritualidad, así como su idealismo en la búsqueda de la paz en su país. Estas palabras están escritas en el monumento erigido en su honor en Nueva Delhi.

El día 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz en aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi. Las cenizas de Gandhi fueron vertidas en urnas enviadas a través de la India para servicios conmemorativos. La mayoría de ellas en el Sangam (confluencia de tres ríos) en Allahabad el 12 de febrero de 1948, pero algunas las diseminaron lejos de allí.

La Cruz Roja Venezolana

30/01/2020


En el libro Origen y desarrollo de la Cruz Roja Venezolana del distinguido historiador Aureo Yépez Castillo (1), publicado en 1995 en el marco de la conmemoración de los cien años de la fundación de esta institución en Venezuela, aparecen rigurosa e impecablemente investigados y registrados los detalles históricos que dan fe del esfuerzo y preocupación con la cual aquellos ciudadanos ilustres lograron su objetivo en 1895.

Disponemos de esta obra gracias a la iniciativa del Dr. Mario Villarroel Lander, Presidente actual de la Cruz Roja Venezolana.

Necesario es recordar que la fundación de la Cruz Roja como Institución se debe al suizo Henri Dunant, nacido en 1828 y proveniente de una familia pudiente y aristocrática pero que desde temprano inculcó en el pequeño Henri el sentido de la caridad al visitar cárceles y asilos con obsequios para presos y ancianos. Ya desde joven se dedicó al mundo de las finanzas como modo de vida, dió un giro completo a su existencia, luego de haber presenciado en primera fila los horrores de la guerra. En 1859 Italia luchaba por liberarse del imperio austríaco con la ayuda de los ejércitos franceses de Napoleón III. Dunant para entonces viajó por negocios hasta Lombardía a entrevistarse con Napoleón III para solicitarle unas concesiones sobre saltos de agua para su empresa de molinos, pero no logró su objetivo y en cambio se impresionó grandemente con la visión de muerte y sufrimiento humano que observó sobre el campo de batalla de Solferino. A tal punto impactó aquella experiencia a Dunant que a través de su libro "Un recuerdo de Solferino" y de una inquebrantable decisión de sensibilizar a los hombres de su época, logró no sin algunos inconvenientes y vicisitudes buscar apoyo en las naciones del mundo para la creación de la Cruz Roja.

Dunant ganó el primer Premio Nobel de la Paz en 1901 y murió en 1910. Pero como le ha ocurrido a buena parte de los grandes hombres de la historia, murió desamparado, sin fortuna, ni familia, ni amigos, pero dejando tras de sí, una obra de incalculable valor humano.

En su libro, Yépez Castillo nos narra los orígenes de la Cruz Roja en Venezuela. Su fundación y puesta en marcha, se deben al empuje e iniciativa de su primer presidente, Sir Vincent Kennett Barrington, nacido en 1844 en Bagni di Lucca de la Región Toscana de Italia, pero hijo de ingleses con ascendencia irlandesa. Desde joven tuvo contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja de Ginebra y participó en varias guerras en Europa y Asia como uno de sus comisionados en la organización de hospitales, cuerpos de ambulancias y socorro a los heridos y enfermos (1). Recibió en 1886 de manos de la Reina Victoria de Inglaterra el título de Sir, por tan valiosos servicios prestados a sus semejantes.

En 1890, Sir. Barrington, quien era políglota, deportista y excursionista infatigable, abogado y empresario (egresado como litigante de Cambridge y promotor en Venezuela de la fundación de la Cámara de Comercio), se trasladó a Sudamérica, primero a Brasil y luego a Argentina donde contribuyó a la creación de su Cruz Roja. Llegó a Venezuela bajo el gobierno del general Joaquín Crespo y fundó la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja el 30 de enero de 1895, en el marco de las celebraciones en conmemoración del centenario del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Al poco tiempo de su inauguración, desarrolló planes de acción puntuales: el estatuto, reglamentos internos y oficializó la personalidad jurídica a la Sociedad recién creada mediante la aplicación de la Convención de Ginebra. Fue su primer Presidente además de digno representante de las ideas humanitarias de Dunant. Renunció en abril de 1896 y murió en 1903 como consecuencia de un accidente en globo.

Luego de la gestión de Barrington hubo un prolongado lapso de inacción que transcurrió de 1900 a 1917, en gran parte debido a los continuos levantamientos armados de caudillos y montoneras en el interior del país y a la consolidación de la larga dictadura del tirano Juan V. Gómez, que dejaron sumida en la miseria a la nación y no ofrecieron apoyo ni ayuda gubernamental para la operatividad de la institución.

Con la aparición de la gripe española en 1918, hubo un fugaz renacer y protagonismo de la Cruz Roja Venezolana a través de la efectiva labor de la Comisión General de Estudiantes. Esta pandemia gripal que tuvo su origen entre las tropas francesas en abril de 1918, traspasó las fronteras y llegó a Caracas en octubre de ese año, cuando se conmemoraba el descubrimiento de América por España y duró hasta diciembre. En el interior de la nación perduró hasta 1920.

De 1919 a 1921, luego de la pandemia de influenza, hubo un progresivo resurgir de la institución, según los informes del entonces secretario Dr. Francisco A. Risquez, por la creación de un Dispensario General y Venereológico y la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja.

La actual sede del hospital inicia su historia con su edificación en 1893, apadrinada e inaugurada por el entonces presidente de Venezuela Joaquín Crespo. Funcionaba en sus instalaciones el Hospital de Niños, también conocido como Hospital Linares en honor a su promotor, el filántropo banquero Juan Esteban Linares. Al poco tiempo pasó a ser Hospital Militar y Naval.

En 1936, el instituto fue reinaugurado con la asistencia del entonces presidente de Venezuela general Eleazar López Contreras, posterior a una remodelación, dotación médico-quirúrgica moderna y una reorganización sustantiva de sus servicios acorde a las necesidades de salud de la población. Es entonces cuando maestros cirujanos de la talla del Dr. Manuel Corachán y García, quien vino de España y estuvo en Venezuela entre 1937 y 1941, llevó a cabo labores asistenciales y dejó un legado docente cuya semilla sería recogida por generaciones futuras de maestros cirujanos venezolanos. Asimismo se fueron conformando de manera efectiva Comités y Brigadas Educativas para la creación de la Cruz Roja Venezolana de la Juventud. Para 1938, fueron donados los terrenos contiguos al instituto por los hermanos Vollmer Boulton construyéndose en ellos la Escuela de Enfermeras Profesionales Francisco A. Risquez, inaugurada en su nueva sede en 1949 y que desde 1988 por decreto del entonces presidente de Venezuela Jaime Lusinchi, pasó a ser Colegio Universitario de Enfermería.

En 1940, a instancias del entonces Secretario General de la Cruz Roja Venezolana, Dr. Joel Valencia Parpacén, se propuso que los distintos Departamentos del Instituto se integraran bajo el nombre de Hospital "Carlos J. Bello" como " un reconocimiento a la preclara figura de uno de los más ilustres y activos presidentes de la institución", lo cual fue unánimemente aprobado.

El Dr. Carlos J. Bello nació en Valencia el 16 de julio de 1886 y murió en Caracas el 20 de febrero de 1933. Una epidemia de fiebre amarilla en 1905 y otra de peste bubónica en 1908, ocurridas en La Guaira, atrajeron la vocación asistencial del todavía estudiante de medicina. Entre 1910 y 1920 ejerció la medicina en varias ciudades de la región centro-occidental de Venezuela como San Juan de los Morros, Valencia, Villa de Cura, Maracaibo y San Cristóbal. Escribió entre 1918 y 1920 numerosos artículos científicos sobre temas de medicina tropical. Entre 1921 y 1925 desarrolló en Maracaibo y San Cristóbal una dinámica actividad asistencial en los Hospitales Chiquinquirá y San Juan de Dios respectivamente, del último de los cuales fue director.

Ya para 1925 se ubicó definitivamente en Caracas desempeñándose en el Hospital Vargas en funciones sanitarias y asistenciales. Fue Director de Epidemiología de la Dirección de Sanidad Nacional y luego Director de la Sanidad Nacional. Representó a Venezuela en Washington en la primera y segunda Conferencia Panamericana de Directores de Salud. En 1927 fue designado Presidente de la Cruz Roja Venezolana donde se dedicó en cuerpo y alma a la organización de los distintos servicios médicos, de los quirófanos y a la creación del "Cuerpo de Samaritanos de la Cruz Roja".

El Servicio de Cirugía General funciona en la Cruz Roja Venezolana prácticamente desde que fue reorganizado en 1928, bajo la presidencia del Dr. Augusto Pinaud y el Dr. Domingo Antonio Calatrava estaba encargado de su jefatura. Al principio fueron cuatro los servicios de cirugía y tiempo después, se reorganizaron en dos.

Algunos años más tarde, en 1939, con la fundación formal del Departamento de Cirugía, asumieron la Jefatura de los Servicios de Cirugía I y II sobresalientes y reconocidos cirujanos venezolanos de entonces.

De la Jefatura del Servicio de Cirugía I se encargó el Dr. Ricardo Baquero González. Lo sucedió el Dr. Aparicio Gómez Paoli y luego la jefatura la ocuparon los doctores Jacobo Vásquez, José Ochoa Rodríguez, Bruno Pohl, Miguel Zerpa Zafrané y José Herrera Brando. Actualmente el Jefe del Servicio I y Sub-Director del Curso de Posgrado es el Dr. Oscar Colina Cedeño.

La Jefatura del Servicio de Cirugía II ha sido desempeñada por los doctores Fernando Rubén Coronil, Eduardo Carbonell Izquierdo y José María Cartaya. El Dr. Pedro Manrique Lander asume la Jefatura en 1970 y funda en 1983 el Curso de Posgrado de Cirugía General que actualmente lleva su nombre. Para este momento es el Jefe del Departamento de Cirugía que agrupa a ambos Servicios y el Director del Curso de Posgrado. Actualmente el Jefe del Servicio II y Coordinador del Curso de Posgrado de Cirugía General es el Dr. Pedro Lizarraga León.

Entre las décadas de 1940 a 1980, el Hospital "Carlos J. Bello" se mantuvo en permanente evolución, acorde a la dinámica de los tiempos por los que le tocaba transcurrir. Se hizo obvio y necesario crear cursos médicos de posgrado en diferentes especialidades, que a través de una permanente actividad docente y asistencial, formara especialistas capaces de enfrentar los retos de un país y una institución en continuo crecimiento. El Dr. Pedro José Manrique Lander, asume el desafío de dicha responsabilidad y funda el Posgrado de Cirugía el 15 de enero de 1983. El Dr. Pedro Manrique es un reconocido cirujano con un notable y amplio currículum vitae, cuyo prestigio como médico es reconocido no sólo en nuestra ciudad capital sino en el resto de Venezuela. Es ejemplo para generaciones presentes y futuras de jóvenes médicos por cuanto ha dedicado a la institución poco más de cincuenta años de servicio activo continuo. Es Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina de la cual fue Presidente desde junio de 2000 a junio de 2002 y Miembro del Colegio Americano de Cirujanos. Asimismo, en 1982 fue Presidente de la Cruz Roja Venezolana y el primer venezolano (cuarto en Latinoamérica) en recibir la condecoración "Henri Dunant" otorgada en Birmingham (Gran Bretaña) en 1993 por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Desde 2002 es Presidente de la Junta Directiva del Palacio de las Academias.

Es al mismo tiempo miembro activo de la Asociación de Escritores Venezolanos y del Instituto Venezolano de la Cultura Hispánica. Ha obtenido importantes galardones como escritor de temas históricos y biografías de ilustres venezolanos. Fiel a su vocación docente, continúa esmeradamente formando nuevas generaciones de cirujanos.

El constante y elevado desempeño médico de este Curso de Posgrado de Cirugía General, ha recibido importantes premios y menciones honoríficas de carácter nacional, pues sin descuidar su papel asistencial para su comunidad, el curso realiza en paralelo trabajos de investigación médico quirúrgicos que le han valido a sus cursantes y a sus médicos especialistas adjuntos y asistentes, la condecoración "Dr. José Izquierdo" otorgada por el Colegio Médico del Distrito Metropolitano de Caracas por méritos docentes. Tanto los cursantes como su equipo de especialistas recibieron el Premio Nacional de la Academia de Medicina "Dr. José María Vargas" en 1994, en tributo a su labor investigativa, docente y asistencial.

Del libro de Yépez Castillo (1) tomamos nota que "en el año se realizan 44 000 consultas externas, 27 000 de ellas especializadas y se atienden 17 000 emergencias. El laboratorio clínico atiende 13 200 pacientes al año, radiología 10 500 casos y el banco de sangre realiza 2 000 transfusiones. Además de 36 estudiantes de pregrado, hay 72 de posgrado, distribuidos en las siguientes especialidades: 35 en ginecología, 18 en cirugía, 7 en cirugía plástica y reconstructiva, 6 en cirugía de la mano, 6 en gastroenterología y 8 odontólogos en posgrado de endodoncia".

El Hospital "Carlos J. Bello" es hoy día una edificación hospitalaria moderna y bien dotada que ha sabido vivir en armoniosa simbiosis con su comunidad la cual ha acudido a ella en busca de atención y salud y a cambio, esa comunidad no ha dudado en dar a su institución el reconocimiento y el apoyo que se ha ganado en poco más de cien años de vida útil.

Nace Juan Antonio Perez Bonalde

30/01/2020



Poeta venezolano nacido en Caracas el 30 de enero de 1846 y muerto en La Guaira el 4 de octubre de 1892. Fue el representante fundamental del Romanticismo poético en su país.

Poeta venezolano considerado el mejor exponente del Romanticismo en su país. Tardíamente llegó el Romanticismo poético a Venezuela de la mano de Juan Antonio Pérez Bonalde, pero no hubiese podido escoger mejor guía que este poeta. Su vida estuvo marcada por la pobreza y el exilio, las penurias y los trabajos ingratos y la pérdida de seres queridos, pero nada de ello le impidió atesorar una cultura literaria sin parangón en la Venezuela de su época. Como los grandes románticos europeos, fue adicto al opio y a los viajes, reales e imaginarios. Tuvo la suerte de llegar tarde al Romanticismo, gracias a lo cual pudo ahorrarse los aspectos más declamatorios y altisonantes de este movimiento, y la desgracia de morir antes de ver confirmado el carácter anunciador y precursor de su poesía en la de los venezolanos que le sucedieron. Se ha dicho de él que, después de Andrés Bello, fue, en el siglo XIX, el poeta más alto y cosmopolita de la historia del país.

Pérez Bonalde era el noveno hijo de una familia de escasos recursos. Tanto su educación como su afición a la lectura se fraguaron en aquel hogar modesto. A los doce años sabía alemán y leía a los poetas románticos. Sus padres, Juan Antonio Pérez y Gregoria Bonalde, tuvieron que emigrar en 1863, cuando Venezuela se hallaba sumida en el caos de la Guerra Federal (1859-1863), la más larga contienda civil desde las guerras de Independencia. Durante los cinco años que duraron las exacciones de caudillos y montoneras y las epidemias de malaria y disentería que las acompañaban, perecieron en Venezuela (de cerca del millón ochocientos mil habitantes que contaba entonces el país) entre 150.000 y 200.000 venezolanos, es decir, del ocho al once por ciento de la población del país.

El joven Pérez Bonalde tenía quince años cuando conoció su primer exilio. Su padre era un liberal, y se le conminó a escoger entre el destierro o una muerte casi segura. Sin recursos, en la mayor pobreza, la numerosa familia fue a parar primero a Puerto Rico y después a Santo Tomás. Juan Antonio ayudaba a su familia dando clases de piano y haciendo de maestro de escuela. En 1864 regresó a Venezuela y colaboró con publicaciones liberales.

En 1870 se incorporó a una Sociedad Patriótica que asumió posturas críticas ante el nuevo gobierno autoritario del general Antonio Guzmán Blanco. Pérez Bonalde era ya conocido como poeta entre sus amigos, quienes lo incitaron a escribir una sátira contra el presidente. Esto bastó para que las autoridades lo expulsaran del país. Para hacerse una idea del clima imperante bajo el gobierno del "Americano Ilustrado", baste una conocida anécdota. En 1873, en un certamen literario cuyo tema impuesto era la exaltación de un genio de la ciencia, resultó vencedor el autor de un poema en el que se cantaban loas a Copérnico y que llevaba por título El poder de la idea. Pero como el desafortunado ganador había omitido mencionar en su panegírico al presidente de la República, éste ordenó que no se le hiciera efectivo el premio. "Que le cobre a Copérnico", fue su comentario, para que el poeta tuviera "una idea del poder".

Pérez Bonalde se estableció en Nueva York, donde trabajó para Lanman y Kemp-Barclay, una fábrica de perfumes. De 1870 a 1888 viajó incansablemente como agente comercial por diversos países de Hispanoamérica, Europa, Asia y Medio Oriente. Extraordinariamente dotado para el aprendizaje de lenguas, "hablaba con impresionante perfección el inglés, el alemán, el francés, el italiano y el portugués. Hasta el danés y el chino parece que llegó a entenderlos", según apunta Arturo Uslar Pietri. Pérez Bonalde fue el primer escritor venezolano verdaderamente cosmopolita, mezcla de Chateaubriand y de Heine del Caribe. En 1877 publicó su libro de poemas Estrofas, que incluye su más célebre composición, Vuelta a la patria, sin duda el poema lírico venezolano más importante del siglo XIX. Y fue en Ritmos donde, en 1880, recogió Poema del Niágara, un canto a la naturaleza en la mejor tradición romántica.

En 1883 vivió su más honda tragedia personal con la muerte de su única hija, Flor, suceso que le inspiró otra de sus notables composiciones y la decisión de no volver a publicar su poesía. De regreso al país en 1889, tras la muerte de su madre, recibió el homenaje del mundo intelectual. Una muerte súbita lo sorprendió antes de que pudiera encargarse de una misión diplomática que le había sido encomendada. Su salud se había resentido gravemente tras años de privaciones, tragedias familiares y vida trashumante.

Conviene destacar su obra como traductor, al menos tan importante como su producción poética. Además de sonetos de Shakespeare, son especialmente notables sus versiones de El cancionero de Heinrich Heine (1885) y del poema El cuervo, de Edgar Allan Poe (1887), la primera en lengua castellana. Del prólogo que escribió a su traducción de Heine opinaba Menéndez Pelayo que es "el monumento más insigne que hasta ahora han dedicado las letras castellanas al último gran poeta que hemos alcanzado en nuestro siglo", y, de la versión misma, que representaba "uno de los libros de poesía castellana que más instinto poético demuestra, aun siendo trasladado de pensamientos ajenos". Entre los venezolanos, Jacinto Fombona Pachano veía en las traducciones de Pérez Bonalde más instinto innovador y audacia que en su propia poesía: "Fuera de un Gustavo Adolfo Bécquer, no recordamos otro alguno de los románticos que hubiese comprendido mejor, por ejemplo, el aliento extraño y renovador de la poesía nórdica".

No es exagerado considerar a Juan Antonio Pérez Bonalde como el más grande de los románticos venezolanos y el precursor de la moderna poesía venezolana. Su búsqueda y frecuente hallazgo de la precisión verbal permite descubrir en Pérez Bonalde a un poeta auténtico. Ésta es, precisamente, su más alta lección: decir más con menos en un tiempo donde abundaban el floripondio y la vaguedad retórica. Su obra poética, no muy extensa, lleva la impronta del romanticismo melancólico: nostalgia de lo perdido, culto a los muertos, crepuscularismo. Es un excelente lírico romántico de evocaciones nostálgicas, cuyos ecos lo acercan más al posromanticismo que al modernismo. Y su poesía influyó poderosamente en la lírica venezolana. Sus poemas más recordados son la elegía Flor (dedicada a su hija Flor, que murió siendo muy niña), Primavera, Poema del Niágara y Vuelta a la patria.

Expresión del dolor del desterrado que regresa a su país, donde le espera, desgraciadamente, la tumba de la madre muerta, Vuelta a la patria (1875) es a la vez un composición sobre el amor patrio y el amor filial, nutridos y fortalecidos en la ausencia. El poema fue escrito en el mar, mientras el barco que transportaba a Pérez Bonalde navegaba no hacia La Guaira, como podrían hacérnoslo creer algunas de sus referencias, sino hacia Puerto Cabello, donde lo acogieron parientes y amigos, ante los cuales leyó su composición. La pervivencia de este poema debe atribuirse a su calidad emotiva, a la sinceridad y a la profundidad del sentimiento expresado, al contenido tan humano que encierra, así como al don lírico y a la plasticidad de una expresión densa y matizada, cuyo ritmo externo se amolda maravillosamente al de la emoción.

miércoles, 29 de enero de 2020

Batalla de Guasdalito

29/01/2020


El Distrito Alto Apure recoge en su historia importantes acontecimientos que han marcado el rumbo de la Venezuela de hoy, entre ellos se encuentra la Batalla de Guasdualito, fue el primer hecho armado, ocurrido en territorio venezolano, posterior a la pérdida de la segunda República.

La Batalla de Guasdualito fue un enfrentamiento militar que sucedido el 29 de enero de 1815 entre las fuerzas patriotas al mando del Coronel Francisco Olmedilla en compañía del entonces capitán José Antonio Páez, con la finalidad de luchar a favor de la Independencia de Venezuela, obteniendo la victoria ante el ejército Español comandado por el General Pacheco Briceño. La trascendental Batalla de Guasdualito se realizo en el sitio conocido como pueblo viejo o la lucha ubicado a tan solo a 8 km de la población de Guasdualito.


Procedentes de Nueva Granada y buscando lugares desiertos de Casanare, a través de los renombrados hatos Lareños, de los hermanos de ese apellido, el comandante Francisco Olmedilla, junto al capitán José Antonio Páez, aun no reconocidos en las filas republicanas, repasaron el Arauca al Amparo en la noche, llevando sus sillas sobre la cabeza  y los caballos de la riendas y a los que no sabían nadar se les habilitaron cueros de ganado como botes.

Sigilosamente se presentaron a las cuatro de la madrugada del 29 de Enero de 1.815 en Guasdualito, ocupado por 800 hombres al mando del comandante realista Pacheco Briceño a quien apodaban el Cotudo, por el bocio que padecía. Una imprudencia de Olmedilla, que hizo disparar un cañonazo y tocar diana, puso en alerta el enemigo que organizó en batalla y dio frente, pero a pesar de atacar con firmeza fue envuelto por los francos por Páez y los suyos, complementada la acción por los que permanecían en otras estratégicas posiciones de la contienda. Se contaron más de 200 muertos y heridos y 28 prisioneros la mayoría de los cuales fueron ejecutados en una degollina ordenada por Olmedilla y el comandante Cojedeño, Fernando Figueredo, segundo jefe puesta en práctica por los Capitanes Juan Santiago Torres y Rafael Maldonado. Páez se opuso valientemente a que siguiera la matanza innoble y contra todo riesgo. Logró su cometido en parte.

 Escribe Páez en su autobiografía el haberse presentado ante Francisco Almedilla a quien hizo ver: “…La humildad y estupenda barbarie de aquella matanza, y lo impolítico de semejante paso en los momentos en que, con el titulo de libertadores y amigo de la humanidad, penetrábamos en el territorio de Venezuela…” (Páez, Autobiografía 1987 (I): 57). Afirma el caudillo llanero que este acto fue utilizado por sus enemigos que lo calificaron como insubordinación, pero lo obediencia “no llega a cambiar la espada de un soldado por la cuchilla del verdugo” escribió .

Día del trabajador ferroviario

22/01/2020


Cada 29 de enero se celebra en Venezuela el Día del Trabajador Ferroviario, festividad que se conmemora gracias a la marcha vertiginosa donde se ha embarcado el Gobierno Bolivariano a través del Plan Nacional de Desarrollo Ferroviario 2006 – 2030.

Fue el 29 de enero de 1946, cuando se creó el Instituto Autónomo de Administración de Ferrocarriles del Estado (I.a.a.f.e), hoy denominado Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE) y en lo sucesivo se toma el día para reconocer el esfuerzo y tesón de todos los trabajadores ferroviarios.

A partir del año 1999, cuando asume la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela el Comandante Hugo Chávez Frías, se inicia un proceso de reactivación del Plan Ferroviario Nacional que incluye la recuperación y construcción de más de 13 mil kilómetros de vías férreas, para unir al país de este a oeste y de norte a sur.

Dia Nacional del Trabajador Social

29/01/2020



Las Trabajadoras y Trabajadores Sociales en Venezuela celebran su día cada 29 de enero, en conmemoración de la primera promoción de egresados de esta carrera en 1942, durante el período presidencial de Isaías Medina Angarita. Posteriormente en 1945, se conformó la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales y en 1958, se constituyó la Escuela Universitaria.

Se reconoce la invaluable labor que realizan las Trabajadoras y Trabajadores Sociales, quienes se encargan de brindar apoyo en instituciones públicas y privadas para la resolución de problemas sociales, del cuidado y atención a la infancia, el estudio de la familia y la prevención de disfuncionalidades con el objetivo de colaborar activamente en la construcción de una sociedad fomentada en el respeto de los valores y el desarrollo de las potencialidades de sus ciudadanos.

Nace José Martí

28/01/2020



José Julián Martí Pérez nació en la calle Paula No. 41, La Habana, el 28 de enero de 1853. En 1866 matricula en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Ingresa también en la clase de Dibujo Elemental en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana, más conocida como San Alejandro.

El 4 de octubre de 1869, al pasar una escuadra del Primer Batallón de Voluntarios por la calle Industrias No. 122, donde residían los Valdés Domínguez, de la vivienda se oyen risas y los voluntarios toman esto como una provocación. Regresan en la noche y someten la casa a un minucioso registro. Entre la correspondencia encuentran una carta dirigida a Carlos de Castro y Castro, compañero del colegio que, por haberse alistado como voluntario en el ejército español para combatir a los independentistas, calificaban de apóstata.

Por tal razón, el 21 de octubre de 1869 Martí ingresa en la Cárcel Nacional acusado de infidencia por escribir esa carta, junto a su entrañable amigo Fermín Valdés Domínguez. El 4 de marzo de 1870, Martí fue condenado a seis años de prisión, pena posteriormente conmutada por el destierro a Isla de Pinos, lugar al que llega el 13 de octubre. El 18 de diciembre sale hacia La Habana y el 15 de enero de 1871, por gestiones realizadas por sus padres, logró ser deportado a España. Allá comienza a cursar estudios en las universidades de Madrid y Zaragoza, donde se gradúa de Licenciado en Derecho Civil y en Filosofía y Letras.

De España se traslada a París, por breve tiempo. Manuel MercadoPasa por Nueva York y llega a Veracruz el 8 de febrero de 1875, donde se reúne con su familia. En México entabla relaciones con Manuel Mercado y conoce a Carmen Zayas Bazán, la cubana que sería su esposa.

Del 2 de enero al 24 de febrero de 1877 estuvo de incógnito en La Habana como Julián Pérez. Al llegar a Guatemala trabaja en la Escuela Normal Central como catedrático de Literatura y de Historia de la Filosofía. Retorna a México, para contraer matrimonio con Carmen el 20 de diciembre de 1877, regresando a inicios de 1878 a Guatemala.

Concluida la Guerra del 68 vuelve a Cuba el 31 de agosto de 1878, para radicarse en La Habana, y el 22 de noviembre nace José
Francisco, su único hijo. Comenzó sus labores conspirativas figurando entre los fundadores del Club Central Revolucionario Cubano, del cual fue elegido vicepresidente el 18 de marzo de 1879. Posteriormente el Comité Revolucionario Cubano, radicado en Nueva York bajo la presidencia del Mayor General Calixto García, lo nombró subdelegado en la Isla.

En el bufete de su amigo Don Nicolás Azcárate conoce a Juan Gualberto Gómez. Entre el 24 y el 26 de agosto de 1879 se produce un nuevo levantamiento en las cercanías de Santiago de Cuba. El 17 de septiembre Martí es detenido y deportado nuevamente a España, el 25 de septiembre de 1879, por sus vínculos en la Guerra Chiquita. Al llegar a Nueva York, se establece en la casa de huéspedes de Manuel Mantilla y su esposa, Carmen Miyares.

Martí logra traer a su esposa e hijo el 3 de marzo de 1880. Permanecen juntos hasta el 21 de octubre, en que Carmen y José Francisco regresan a Cuba. Una semana después resultó electo vocal del Comité Revolucionario Cubano, del cual asumió la presidencia al sustituir a Calixto, quien había partido hacia Cuba para incorporarse a la Guerra Chiquita.

Entre 1880 y 1890 Martí alcanzaría renombre en la América a través de artículos y crónicas que enviaba desde Nueva York a importantes periódicos: La Opinión Nacional, de Caracas; La Nación, de Buenos Aires y El Partido Liberal, de México.

Posteriormente decide buscar mejor acomodo en Venezuela, a donde llega el 20 de enero de 1881. Fundó la Revista Venezolana, de la que pudo editar sólo dos números. Tras chocar con el caudillismo, tiene que retornar a Nueva York.

A mediados de 1882 reinició la labor de reorganizar a los revolucionarios, comunicándoselo mediante cartas a Máximo Gómez y Antonio Maceo. El 2 de octubre de 1884 se reúne por vez primera con ambos líderes y comienza a colaborar en el Plan Insurreccional Gómez-Maceo; posteriormente desistió de su empeño por estar en desacuerdo con los métodos de dirección empleados.

El 30 de noviembre de 1887 fundó una Comisión Ejecutiva, de la cual fue elegido presidente, encargada de dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En enero de 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano. El 8 de abril de 1892 resultó electo Delegado de esa organización, cuya constitución fue proclamada dos días después, el 10 de abril de 1892. El 14 de marzo fundó el periódico Patria, órgano oficial del Partido.

En los años 1893 y 1894 recorrió varios países de América y ciudades de Estados Unidos, uniendo a los principales jefes de la Guerra del 68 y acopiando recursos para la nueva contienda. Desde mediados de 1894 aceleró los preparativos del Plan Fernandina, con el cual pretendía promover una guerra corta, sin grandes desgastes y destrucciones para los cubanos. El 8 de diciembre de 1894 redactó y firmó, conjuntamente con los coroneles Mayía Rodríguez (en representación de Máximo Gómez) y Enrique Collazo (en representación de los patriotas de la Isla), el plan de alzamiento en Cuba. El Plan Fernandina fue descubierto e incautadas las naves con las cuales se iba a ejecutar. A pesar del gran revés que ello significó, Martí decidió seguir adelante con los planes de pronunciamientos armados en la Isla, en lo que fue apoyado por los principales jefes.

El 29 de enero de 1895, junto con Mayía y Collazo, firmó la orden de alzamiento y la envió a Juan Gualberto Gómez para su ejecución. Partió de inmediato de Nueva York a Montecristi, en República Dominicana, donde lo esperaba Gómez, con quien firmó el 25 de marzo de 1895 un documento conocido como “Manifiesto de Montecristi”, programa de la nueva guerra. Ambos líderes llegan a Cuba el 11 de abril de 1895, por Playitas de Cajobabo, Baracoa.

Tres días después del desembarco, hicieron contacto con las fuerzas del Comandante Félix Ruenes. El 15 de abril de 1895 los jefes allí reunidos bajo la dirección de Gómez, acordaron conferir a Martí el grado de Mayor General por sus méritos y servicios prestados.

El 28 de abril de 1895, en el campamento de Vuelta Corta, en Guantánamo, en unión de Gómez firmó la circular “Política de guerra”. Envió mensajes a los jefes indicándoles que debían enviar un representante a una asamblea de delegados para elegir un gobierno en breve tiempo. El 5 de mayo de 1895 tuvo lugar su encuentro con Gómez y Maceo en La Mejorana, donde se discutió la estrategia a seguir. El 14 de mayo de 1895 firmó la “Circular a los jefes y oficiales del Ejército Libertador”, último de los documentos organizativos de la guerra, la que elaboró conjuntamente con Máximo Gómez.

Siguiendo la marcha hacia el oeste de la provincia oriental, llegaron a Dos Ríos, cerca de Palma Soriano. El 19 de mayo de 1895 una columna española se desplegó en la zona y los cubanos fueron a su encuentro. Martí marchaba entre Gómez y el Mayor General Bartolomé Masó.

Al llegar al lugar de la acción, Gómez le indicó detenerse y permanecer en el lugar acordado. No obstante, en el transcurso del combate, se separó del grueso de las fuerzas cubanas, acompañado solamente por su ayudante Ángel de la Guardia. Martí cabalgó, sin saberlo, hacia un grupo de españoles ocultos en la maleza y fue alcanzado por tres disparos que le provocaron heridas mortales. Cuando se conoció lo sucedido, resultó imposible rescatar su cadáver, el cual fue conducido por los españoles y, tras varios enterramientos, fue finalmente sepultado el día 27, en el nicho número 134 de la galería sur del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba.

28 DE ENERO 1817 BATALLA DE MUCURITAS

28/01/2020


La Batalla de Mucuritas sucedió el 28 de enero de 1817 enfrentando la fuerza al mando del español Miguel de la Torre y la fuerza al mando del venezolano José Antonio Páez.

Debido a la renovada actividad revolucionaria en Venezuela, Pablo Morillo ordena a Miguel La Torre un prolongado movimento de su fuerza desde Pore en Nueva Granada, atravesando los Andes y Casanare hacia Venezuela, en auxilio de la Provincia de Guayana. La Torre se mueve tomando el curso del río Apure con el objetivo de reunirse con Calzada, formando juntos la llamada división de Vanguardia. Sin embargo, es interceptado en el hato de Mucuritas por la fuerza de caballería llanera de Páez.

En una primera fase de la batalla la caballería española contra ataca sobre los patriotas y protege el movimiento de la infantería que pasa a formar cuadros, luego la caballería realista busca refugio allí, y la infantería enfrenta por si misma las catorce cargas de caballería llanera que resultan inútiles. Páez ante la impotencia de sus cargas provoca el incendio de la sabana, pero la infantería, protegida por el humo, se mueve a través llanura manteniendo la formación hasta un pantano cercano donde resiste hasta que finalmente la caballería patriota se retira. Pablo Morillo se une a La Torre día siguiente, asume el mando y la columna continua con su movimiento para llegar el 9 de febrero a San Fernando de Apure, en dirección a la Guayana.

Día Nacional del Teatro

28/01/2020


El Día Nacional del Teatro en Venezuela se celebra el 28 de junio de cada año. Este es un sentido homenaje a los dramaturgos, actores y trabajadores de las tablas. Y fue decretado el 13 de junio de 1978, por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. El arte teatral en el país es premiado con el Premio Nacional de Cultura, en la categoría de Teatro. El nivel del teatro venezolano es reconocido a nivel mundial.

La celebración del Día Nacional del Teatro hace referencia a un registro del libro de actas del Cabildo de Caracas solicitando autorización para realizar un espectáculo teatral el 28 de junio de 1600. Constituyéndose así en la primera representación teatral institucionalizada en el territorio venezolano. Claro está que el surgimiento de este arte ya databa de finales del siglo XVI, cuya temática era básicamente religiosa. Algunos historiadores afirman que el 21 de agosto de 1595 se presentó un espectáculo de comedia.

El teatro en Venezuela durante el siglo XVIII logró una buena expansión, tanto temática como en frecuencia. Las plazas mayores eran el escenario predilecto para realizar teatro. Sin embargo, gracias a gestiones privadas, se inició la construcción de espacios destinados para su puesta en escena. Generalmente las obras y los actores eran europeas, el barroquismo de su lenguaje y temática destacaban. Pero, no será hasta 1767 cuando se estrenan dos obras a autores venezolanos: Auto Sacramenta de Nuestra Señora del Rosario y Loa.

El teatro venezolano tiene sus particularidades, una mezcla de influencias culturales que se integran con las características vernáculas de nuestro país. La arquitectura del siglo XIX dedicó su ingenio a hermosos recintos, así como el siglo XX también dio su contribución. Ejemplos de ello son: Teatro Nacional, Teatro Municipal, Teatro Principal de Caracas, Teatro Juares de Barquisimeto, Teatro Catia, y el  Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño.

Una pléyade de dramaturgos, directores y actores han engalanado las tablas para recordar el Día Nacional del Teatro en Venezuela. Su labor ha sido reconocida con el Premio Nacional de Teatro (actual Premio Nacional de Cultura). Entre ellos contamos: César Rengifo, Rodolfo Santana, Pilar Romero, Rafael Briceño, América Alonso, Horacio Peterson, Ana Julia Rojas, Carlos Giménez y su famoso “Grupo Rajatabla”, así como los considerados “la santísima trinidad” del teatro nacional: José Ignacio Cabrujas, Isaac Chocrón y Román Chalbaud.

A 35 Años de la Visita del Papa Juan Pablo Segundo

28/01/2020


Con gran entusiasmo la arquidiócesis de Mérida, Venezuela, conmemoró este miércoles por la tarde, 30 años de la visita de san Juan Pablo II a esta tierra andina. Para la ocasión, monseñor Aldo Giordano, Nuncio Apostólico en Venezuela, acudió hasta la citada arquidiócesis donde «El papa peregrino» dejó huellas perennes, con la siembra de árboles en el Campus universitario y en la Plaza Bolívar de Mérida, que se mantienen en la ciudad como muestra de fe al papa santo.
Durante la jornada conmemorativa el Nuncio Apostólico visitó varias aldeas de esta jurisdicción y más adelante presidió la eucaristía solemne junto a los obispos y sacerdotes de la arquidiócesis, en el mismo lugar -la planada de La Hechicera- donde san Juan Pablo II congregó a miles de fieles en visita a la ciudad de Mérida, un 28 de enero de 1985.

«Un día como hoy el Sumo Pontífice Juan Pablo II visitó la ciudad de Mérida, evento que reunió a miles de feligreses que con fe, entusiasmo y alegría, se prepararon por todo lo alto para escuchar las sabias y santas palabras desde la planada de La Hechicera, hoy parroquia Jesús Maestro, actividad organizada por Monseñor Miguel Antonio Salas, Arzobispo de Mérida en aquella época y el entonces Obispo Auxiliar Monseñor Baltazar Porras Cardozo», señala una nota de la oficina de prensa del arzobispado.

La nota también recuerda que en aquel entonces Juan Pablo II «el Grande» inició sus palabras agradeciendo a Dios por permitirle visitar las queridas tierras de los Andes venezolanos, “tierras nevadas, las de las cinco águilas blancas que desde hace dos siglos es la capital espiritual de la región andina”. «Esta reflexión del Sumo Pontífice –agregran– viene a resaltar el importante número de vocaciones sacerdotales y religiosas que trabajan no solo en Mérida sino en otras partes de Venezuela». “De estas comunidades andinas, puede decirse con razón que constituyen en cierto modo la reserva espiritual de la nación”, apuntan.

Durante la misa solemne, monseñor Aldo Giordano, hizo referencia a la muestra de cariño del papa Francisco hacia Venezuela, asegurando que Su Santidad siempre tiene presente a los venezolanos en sus oraciones.

En la celebración, las ofrendas representaron las costumbres y traiciones de Mérida, el Nuncio Apostólico recibió diversos presentes como piezas artesanales, imágenes de la Virgen de Santa Bárbara, Virgen de Coromoto con agua bendita y una placa con la reliquia de la Virgen del Rocío; además de las muestra de fe con los danzantes de la cofradía de aan Benito de Palermo, san Jerónimo de Santo Domingo y otros bellos presentes de las pastorales y grupos de Apostolado de la arquidiócesis de Mérida.

Los actos conmemorativos culminaron con las palabras del presbítero Reinaldo Muñoz, párroco de la Parroquia Universitaria Jesús Maestro de la Universidad de Los Andes, “nosotros tenemos el gran compromiso de segur los pasos de nuestro san Juan Pablo II, predicando la palaba de Dios todo poderoso”.



lunes, 27 de enero de 2020

Parque El Rincón de los Poetas

27/01/2020



Nombre: parque El Rincón de los Poetas

Año: 1977.

Tipo de patrimonio cultural: Tangible /Inmueble.

Administrador custodio o responsable: Alcaldía del Municipio Libertador.

El parque El Rincón de los Poetas permite visualizar, como ningún otro lugar de la ciudad, la Sierra Nevada de Mérida y sus picos más elevados. Su belleza paisajística alberga 4 esculturas de importante valor patrimonial, realizadas por Manuel de la Fuente Muñoz (1932 – 2010).

Historia
Parque El Rincón de los Poetas. Patrimonio cultural de Mérida, Venezuela. Por estas escaleras del antiguo Hospital Infantil, conocido como el hospitalito, bajaban los niños al parque. Mérida, Venezuela. Foto Samuel Hurtado, febrero 2018.
De parque infantil a Rincón de los Poetas. A mediados de los años cincuenta del siglo XX, tras la creación del Hospital de Niños (hoy Ambulatorio Belén), se construyó en sus alrededores un parque que servía de esparcimiento y recreación de los niños recluidos en el referido centro médico, ubicado en el sector Belén de la parroquia Arias, municipio Libertador. Tiempo después, hacia finales de 1977, por disposición del gobernador del estado Mérida, doctor Rigoberto Henríquez Vera, el parque se consagró a la memoria de diversos poetas merideños, pasando a llamarse El Rincón de los Poetas.

La idea original data del año de 1975, según puede constarse en un artículo publicado en El Vigilante el 26 de enero de ese año. Para entonces se tenía proyectado que el parque fuera construido en las adyacencias del paseo de La Feria. Aunque no existen datos muy precisos acerca de la fecha de la inauguración y de los actos llevados a cabo, en la ocasión fueron desvelados en dicho espacio público tres bustos de bronce sobre pedestales de piedra en honor a tres destacados poetas merideños de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, tales como José Vicente Nucete (1827 – 1888), Raúl Chuecos Picón (1891 – 1937) y Tulio Gonzalo Salas (1894 – 1916). Estos dos últimos se habían erigido anteriormente en el parque de los Escritores Merideños y al igual que el primero habían sido elaborados por el escultor Manuel de La Fuente Muñoz (1932 – 2010).

Luego, el 8 de agosto de 1981, un nuevo trovador alberga el parque. Se trata José Humberto Tejera (1890 – 1971), considerado uno de los merideños que “a pesar de estar ausente de por vida de su sierra y de su valle, jamás apartó su pensamiento y su corazón de su Mérida andina”. El monumento, compuesto de una estatua sedente fue realizado también por Manuel de la Fuente Muñoz, y se erigió al conmemorarse una década de la desaparición física del llamado “poeta desterrado”.

La perenne odisea de los poetas. Aunque en los años ochenta del siglo XX son escasas las informaciones que la prensa local nos proporciona sobre este parque, a partir de la década del noventa algunos artículos dan cuenta de su falta de mantenimiento y abandono.

Uno de ellos fue elaborado por el periodista Ramón Díaz Suárez, quien en diversas oportunidades había hecho denuncias acerca del abandono de ciertos parques y plazas de la ciudad. Su artículo titulado Convertido en guarida de maleantes el Parque “Rincón de los Poetas”, fue publicado en Frontera el 8 de enero de 1990. En uno de sus párrafos decía que el parque además de ser el “paraíso de los drogadictos”, estaba completamente abandonado: “Se han llevado la tubería, un busto, rompieron las lámparas, la grama está marchita y al parecer tiene años que no le hacen limpieza debido a la cantidad de hojas que cubren las instalaciones”.

Díaz Suárez enfatizaba que a la estatua sedente de Humberto Tejera la habían intentado remover del pedestal “presumiblemente para aprovecharse del bronce”. Y denunciaba la supuesta desaparición de un busto de bronce ubicado en el parque. Sin embargo, en el transcurso de esta investigación no se encontró ninguna referencia sobre el personaje al que se le había rendido tributo, así como tampoco alguna nota de prensa en donde se especificara la inauguración de una nueva obra escultórica. Por lo que nos lleva a pensar que en ningún momento se colocó el busto, de manera que solo quedó el pedestal levantado.

Refugio de los enamorados. Siete años luego, otra nota de prensa publicada también en Frontera, nos indica que la situación de abandono del parque era similar a la de 1990. De acuerdo al artículo, fechado el 5 de diciembre de 1997, el parque servía de “escondite para los enamorados”, el sistema de recolección de basura no funcionaba y las áreas verdes se encontraban en completo abandono. Posteriormente, el 3 de diciembre de 1998, Hildebrando Méndez afirmaba que el Rincón de los Poetas se encontraba “totalmente descuidado” y era “el sitio obligado donde las parejas día y noche” se refugiaban.

Un año después, dos nuevos artículos publicados en la prensa local denunciaban el abandono del parque. En el primero de ellos, de fecha 6 de marzo de 1999, se decía que el espacio se encontraba “totalmente abandonado, las personas que lo visitan ven con natural decepción cómo algunas instalaciones han sido destruidas por desconocidos quienes aprovechan la escasa vigilancia para cometer estas fechorías. Se pueden apreciar los escaños destruidos, y en un sentido general presenta un estado total de deterioro debido a la falta de mantenimiento que no le ofrece en este caso la Alcaldía del Municipio Libertador”.

El segundo artículo que informaba del avanzado deterioro del parque fue publicado en Frontera el 12 de agosto de 1999. En este, además de señalarse su deplorable estado, se decía que el lugar “había sido tomado para realizar una serie de actividades reñidas contra la moral y las buenas costumbres, y otras más”.

Renace la esperanza. Entrado el siglo XXI, la situación de abandono del parque El Rincón de los Poetas no había cambiado. A mediados del año 2005 se podía verificar la falta de limpieza de las esculturas allí levantadas, las cuales lucían el verde característico de la oxidación del bronce por factores ambientales. Podía observarse también la presencia de algunos grafitis en las placas de los pedestales y en el monumento de Humberto Tejera, el que además presentaba algunas fragmentaciones en la parte inferior producida por un objeto contundente.

En el año 2008 las placas de bronce que identificaban los tres monumentos levantados en 1977 fueron robadas, mientras que el busto de José Vicente Nucete exhibía un orificio en la frente ejecutado con un objeto contundente.

Finalmente, a mediados del año 2016, la Corporación Merideña de Turismo (Cormetur) y la alcaldía del municipio Libertador promovieron la rehabilitación del parque, dotándolo de nuevo mobiliario para la recreación y la realización de actividades deportivas. Sin embargo, al pasar el tiempo, la falta de mantenimiento continúa siendo el tema recurrente, lo que ha conllevado a la organización de un grupo de vecinos, quienes desde el mes de junio de 2016 han estado efectuando jornadas voluntarias de limpieza y mantenimiento constantes al parque.

Descripción
Parque El Rincón de los Poetas. Patrimonio cultural de Mérida, Venezuela.El parque El Rincón de los Poetas presenta un desnivel en el relieve. Mérida, Venezuela. Foto Samuel Hurtado Camargo, febrero 6 de 2018
El parque El Rincón de los Poetas se extiende en un área boscosa de relieve variado que va descendiendo a medida que se acerca a la meseta ubicada al borde del río Chama, al frente de la Sierra Nevada. Comprende un área romboidal de 8320 metros cuadrados, distribuidos en once sectores, a los que se accede a través de un conjunto de caminerías unidas entre sí que parten desde la única entrada localizada al final del pasaje María Simona. Posee una significativa formación arbustiva representada por 57 plantas de fresno (Fraxinus chinesis), 12 pinos-ciprés (Cupressus lusitánica) y un aliso (Anus acuminata).

En el área central se encuentran dos monumentos escultóricos: hacia el noreste se aprecia la estatua sedente del poeta José Humberto Tejera erigida el 1981, y hacia el suroeste el busto de Tulio Gonzalo Salas. Más hacia el suroeste se hallan las esculturas que rinden tributo a José Vicente Nucete y Raúl Chuecos Picón. En la esquina sur existe una concha acústica utilizada por los jóvenes para las prácticas de actividades teatrales y musicales.

El parque cuenta con columpios y sube y baja para el disfrute de los niños, posee también un gimnasio al aire libre. El mobiliario se compone de 45 faroles de una sola luminaria, siete papeleras y diez bancos de hierro y madera. Igualmente, en las adyacencias funciona una sede de la policía estadal, la prefectura y registro civil de la parroquia Arias, un consultorio odontológico de la Misión Barrio Adentro, el infocentro César Albornoz, la ludoteca comunitaria Francisco de Miranda, un grupo de taekwondo, la Escuela de Danza Star Time y el Centro de Integración y Capacitación para la Gestión de Riesgo, Emergencia y Desastre “Los Conquistadores” (CICGREDC).

Valores patrimoniales
El Rincón de los Poetas es un espacio público de esparcimiento y recreación de una privilegiada posición geográfica que permite visualizar, como ningún otro lugar de la ciudad, la Sierra Nevada de Mérida y sus picos más elevados. Posee además una importante belleza paisajística que lo convierte en un lugar idóneo para el descanso o la realización de actividades deportivas, educativas y culturales. De allí que sea uno de los parques de la urbe andina con una dinámica única, ampliamente visitado en diversas horas del día por niños, adolescentes, jóvenes y adultos mayores. Igualmente, alberga cuatro obras escultóricas de importante valor patrimonial realizadas por el artista Manuel de la Fuente Muñoz (1932 – 2010), en cuyos bronces se reconoce y exaltan los aportes de reconocidos poetas merideños que con su lírica y prosa dejaron plasmado su amor por su tierra natal.

El parque fue declarado Patrimonio Histórico Cultural del Municipio Libertador según el decreto municipal número 5S5 fechado en Mérida el 7 de julio del 2004. Asimismo, forma parte de los bienes de interés cultural en la categoría “Lo construido”, registrado en el Catálogo de patrimonio cultural venezolano, municipio Libertador, publicado en el año 2007.

Situación actual
El parque requiere mantenimiento permanente de las áreas verdes. Gran parte del mobiliario se encuentra en regular estado de conservación motivado a acciones vandálicas en el que se aprecia destrucción de los elementos de madera de los bancos y presencia de grafitis. Parte de las luminarias ha desaparecido. La concha acústica ha sido vandalizada, presenta desprendimiento y abombamiento de la capa pictórica y grafitis en la parte posterior. Los monumentos escultóricos presentan oxidación de la superficie, y las placas de bronce que identificaban los bustos de los poetas fueron hurtadas. La cerca perimetral está deteriorada.