El Distrito Alto Apure recoge en su historia importantes acontecimientos que han marcado el rumbo de la Venezuela de hoy, entre ellos se encuentra la Batalla de Guasdualito, fue el primer hecho armado, ocurrido en territorio venezolano, posterior a la pérdida de la segunda República.
La Batalla de Guasdualito fue un enfrentamiento militar que sucedido el 29 de enero de 1815 entre las fuerzas patriotas al mando del Coronel Francisco Olmedilla en compañía del entonces capitán José Antonio Páez, con la finalidad de luchar a favor de la Independencia de Venezuela, obteniendo la victoria ante el ejército Español comandado por el General Pacheco Briceño. La trascendental Batalla de Guasdualito se realizo en el sitio conocido como pueblo viejo o la lucha ubicado a tan solo a 8 km de la población de Guasdualito.
Procedentes de Nueva Granada y buscando lugares desiertos de Casanare, a través de los renombrados hatos Lareños, de los hermanos de ese apellido, el comandante Francisco Olmedilla, junto al capitán José Antonio Páez, aun no reconocidos en las filas republicanas, repasaron el Arauca al Amparo en la noche, llevando sus sillas sobre la cabeza y los caballos de la riendas y a los que no sabían nadar se les habilitaron cueros de ganado como botes.
Sigilosamente se presentaron a las cuatro de la madrugada del 29 de Enero de 1.815 en Guasdualito, ocupado por 800 hombres al mando del comandante realista Pacheco Briceño a quien apodaban el Cotudo, por el bocio que padecía. Una imprudencia de Olmedilla, que hizo disparar un cañonazo y tocar diana, puso en alerta el enemigo que organizó en batalla y dio frente, pero a pesar de atacar con firmeza fue envuelto por los francos por Páez y los suyos, complementada la acción por los que permanecían en otras estratégicas posiciones de la contienda. Se contaron más de 200 muertos y heridos y 28 prisioneros la mayoría de los cuales fueron ejecutados en una degollina ordenada por Olmedilla y el comandante Cojedeño, Fernando Figueredo, segundo jefe puesta en práctica por los Capitanes Juan Santiago Torres y Rafael Maldonado. Páez se opuso valientemente a que siguiera la matanza innoble y contra todo riesgo. Logró su cometido en parte.
Escribe Páez en su autobiografía el haberse presentado ante Francisco Almedilla a quien hizo ver: “…La humildad y estupenda barbarie de aquella matanza, y lo impolítico de semejante paso en los momentos en que, con el titulo de libertadores y amigo de la humanidad, penetrábamos en el territorio de Venezuela…” (Páez, Autobiografía 1987 (I): 57). Afirma el caudillo llanero que este acto fue utilizado por sus enemigos que lo calificaron como insubordinación, pero lo obediencia “no llega a cambiar la espada de un soldado por la cuchilla del verdugo” escribió .
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