domingo, 21 de octubre de 2018

Muerte de Andrés Bello

15/10/2018


Andrés Bello ha sido uno de los humanistas e intelectuales más importantes de Venezuela y América Latina, destacando como poeta, legislador, filósofo, educador, crítico y filólogo. El tiempo de Bello puede ser dividido en tres partes, Colonia (1781-1810); Guerra de Independencia de Venezuela y su viaje a Inglaterra (1810-1829); gobierno y fijación de las nacionalidades hispanoamericanas (Chile, 1829-1865). Fueron sus padres Bartolomé Bello y Ana Antonia López. Desde niño mostró una gran pasión por la lectura, particularmente por los clásicos del Siglo de Oro español. En el convento de las Mercedes, aprendió el latín de la mano del padre Cristóbal de Quesada. A partir de 1797, estudia en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, donde se gradúa de bachiller en Artes, el 14 de junio de 1800. En enero de 1801 conoce a Alejandro Humboldt, a quien acompaña en la ascensión del monte Ávila. Por este tiempo comienza la carrera de derecho y luego la de medicina. Durante sus estudios dio clases particulares, entre otros a Simón Bolívar; y comenzó a manifestarse como literato, principalmente en la tertulias realizadas en la casa de los Uztáriz. Los versos de Bello (traducidos del latín, francés, adaptaciones de poemas clásicos, junto a poesías originales), le hizo merecedor de un título específico: El Cisne del Anauco.

En 1802 es nombrado oficial segundo de la secretaría de la capitanía general de Venezuela, en cuyo cargo tuvo un desempeño que le hizo merecedor del puesto de comisario de guerra, otorgado en 1807, año en que además es nombrado secretario civil (en lo político) de la Junta de la Vacuna. En 1808, con la introducción de la imprenta de Mateo Gallagher y James Lamb, Bello se convierte en el redactor de la Gaceta de Caracas. En 1810 es ascendido por la Junta de Caracas, a oficial primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores. El 10 de junio del mismo año, en la corbeta inglesa General Wellington, parte de Venezuela hacia Londres acompañando a Simón Bolívar y a Luis López Méndez, en la misión diplomática nombrada por la Junta de Gobierno de Caracas para conseguir el apoyo financiero del gobierno británico a la Guerra de Independencia de Venezuela. En Londres estuvo hasta 1829, con grandes períodos de penuria y dificultades económicas. Los más importantes acontecimientos de su vida en la capital británica, desde 1810 hasta 1829, son los siguientes: encuentro con Francisco de Miranda, quien le permite el uso de la biblioteca, en Grafton Street, que fue una auténtica revelación cultural para Bello, en los libros de Miranda estudia griego; desempeña con acierto la Secretaría de la Misión Diplomática; en 1813, solicita ser incluido en el proceso de amnistía que había acordado España con los patriotas americanos; en 1814 se casa con María Ana Boyland de la que enviuda en 1821, de este matrimonio nacieron 3 hijos; en 1815 solicita un puesto al gobierno de Cundinamarca, pero su petición no llega a concretarse, ya que las tropas de Pablo Morillo interceptan el mensaje.

En 1822, es nombrado secretario interino de la Legación de Chile en Londres a cargo de Antonio José de Irisarri; participa en la fundación de la Sociedad de Americanos, que promovió la publicación de 2 grandes revistas: la Biblioteca Americana (1823) y El repertorio Americano (1826-1827), en la que participó activamente. En 1824, contrae nupcias de nuevo con Isabel Antonio Dunn de cuyo matrimonio nacerán 12 hijos; en 1825 se encarga de la Secretaría de la Legación de la Gran Colombia, en cuyas funciones llegó en 1827, por unos meses, a encargado de negocios. En 1826 es elegido miembro de número de la Academia Nacional creada en Bogotá, a fines de ese año. En 1828 es nombrado cónsul general de Colombia en París. En términos generales, durante los 19 años de vida londinense de Andrés Bello, además de llevar a cabo con éxito los asuntos políticos, diplomáticos y hacendísticos americanos a él confiados; completa sus conocimientos lingüísticos, filológicos y de historia literaria; se prepara en experiencias diplomáticas y en estudios de derecho internacional; se dedica a la enseñanza privada; dirige publicaciones; llena páginas con escritos de carácter enciclopédico; crea sus más importantes poemas originales y elabora estudios de crítica y de historia literaria y filológica. Entre sus principales poemas escritos durante este período figuran la silva Alocución a la poesía, que imprime en 1823, y la silva La agricultura de la zona tórrida, del año 1826. Otros poemas menores producidos por Bello en este lapso son: El himno a Colombia (1825); Carta de Londres a París por un americano a otro (dirigida a José Joaquín Olmedo); y Canción a la disolución de Colombia (1829).

El 14 de febrero de 1829 parte de Londres, llegan a Valparaíso el 25 de junio del mismo año, a bordo del bergantín inglés Grecian y permanecerá en Chile hasta su muerte. Reside durante la casi la totalidad de los 36 años en Santiago, salvo cortos períodos de tiempo que pasa en Valparaíso y en la hacienda de los Carrera, en San Miguel del Monte. Los hechos más importantes de la vida de Bello en Chile son los siguientes: en 1829, es nombrado oficial mayor del Ministerio de Hacienda; en 1830, se le designa rector del colegio de Santiago; el mismo año se inicia la publicación de El Araucano, del que fue principal redactor hasta 1853; en 1831, comienza su actividad como maestro particular; en 1832, publica la primera edición de los Principios de derecho de jentes, transformado luego en Principios de derecho internacional; el 15 de octubre del mismo año, el Congreso de Chile, lo declara chileno legal, con la plenitud de derechos del ciudadano chileno; en 1834, pasa a desempeñar hasta 1852, la Oficialía Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores; en 1835, publica los Principios de ortología y métrica; en 1837, es elegido senador de la República, cargo que desempeña hasta su muerte; en 1840, empieza los trabajos que culminarán en el Código Civil; en 1841 publica la obra Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana y el poema "El incendio de la Compañía", que se estima como la primera manifestación del romanticismo en Chile; en 1842, se decreta la fundación de la Universidad de Chile, cuya inauguración en 1843 es el acto más trascendental en la vida del maestro Bello, quien ejerce de manera honorífica el rectorado; en abril de 1847, publica la primera edición de la Gramática castellana destinada al uso de los americanos; en 1848; publica la Cosmografía o descripción del universo; en 1850, su Historia de la literatura; en 1851, es designado miembro honorario de la Real Academia Española y en 1861, miembro efectivo; en 1852, termina la preparación del Código Civil, que es aprobado por el Congreso Chileno en 1855; en 1864 es elegido como árbitro para dirimir una diferencia internacional entre Ecuador y Estados Unidos; en 1865, se le escoge para ser árbitro de la controversia entre Perú y Colombia, encargo que rechaza por motivos de salud. En definitiva, en la amplia labor desarrollada por Bello a lo largo de su vida, se puede apreciar un intento por definir la civilización hispanoamericana, a través de los medios que tiene a su alcance: el libro, las lecciones, el teatro, el periódico, etc. Por esta razón, para muchos estudiosos de su vida y obra, Andrés Bello puede ser considerado como el primer humanista del continente.


LA MUERTE DE ANDRÉS BELLO

Andrés Bello muere el 15 de octubre de 1865, en la ciudad de Santiago, a las 7:45 de la mañana, a la edad de 84 años, después de cuarenta y cinco días de angustiosa enfermedad, que empezó el 1º de septiembre, con una bronquitis. A la hora de su muerte, habían transcurrido 36 años de su vida en Chile, adonde había llegado el 25 de junio de 1829, procedente de Londres, a su edad de 48 años.

Muere como chileno, aunque no había renunciado a la nacionalidad venezolana, pues Chile le había nombrado ciudadano chileno. Y para recalcar su condición venezolana, Bello dejó en su poesía esta impronta de amor al lar nativo:

Naturaleza da una madre sola
Y da una sola patria...En vano, en vano
 se adopta nueva tierra; no se enrola
 el corazón más que una vez; la mano
 ajenos estandartes enarbola;
 te llama extraña gente ciudadano...
 ¿Qué importa? ¡No prescriben los derechos
 del patrio nido en los humanos pechos!

Ya en Chile, sin olvidarse de los suyos, transcurriendo sus días llenos de nostalgias, recuerdos y añoranzas realiza su admirable obra de educador, civilista y libertador cultural, que lo proyecta a la posteridad como el “patriarca de las letras americanas.” 

Chile le entrega la organización de su Estado, y en una dedicación total, configura Bello una tarea administrativa de grandes alcances, desde la Cancillería chilena y desde su curul de Senador. Frutos de esa incansable labor son el Código civil y su Derecho Internacional, complementada por una copiosa producción periodística, desde donde desarrolló diversos tópicos políticos, económicos y culturales de la vida diaria de su tiempo. 

Chile le entrega su Universidad, y Bello la reorganiza y conduce durante 22 años de fecundo rectorado, hasta el día de su muerte, dejando una valiosa obra educativa, que se manifiesta en provechoso magisterio hacia sus numerosos alumnos, de significativa acción en la vida chilena. En su labor de universitario, culmina Bello sus numerosos estudios de investigación científica y humanística, que lo proyectan hasta hoy como educador, poeta, gramático, filólogo, filósofo, jurista, jurisconsulto, cosmógrafo, historiador, geógrafo, periodista. 

Una vasta obra que hoy es patrimonio cultural de los pueblos hispanoamericanos. 

Como un patriarca de los tiempos antiguos, rodeado de su esposa, de sus hijos – Bello vio morir algunos de ellos-, de sus alumnos, y de sobresalientes figuras de la vida chilena, que lo bienamaron hasta el final de sus días, muere Bello, en su residencia santiaguina. En el acto de su inhumación, Don Ignacio Domeyko, junto al cadáver de Bello, en el cemen­terio, expresó: "No es dado enumerar fríamente los inmensos méritos y servicios de Don Andrés Bello, que, si pudiéramos recordarlos todos, duda­ría la razón que en una sola vida, un solo hombre, pudiera saber tanto, hacer tanto y amar tanto". 

Un sabio y un patriota, en su tiempo y para la posteridad.

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