La Compañía Guipuzcoana tenía entre sus funciones controlar todo lo que era la compra y venta de productos. Ningún comerciante podía vender por a nadie, sino a la Compañía Guipuzcoana, ni tampoco podía comprar a nadie que no fuera la misma Compañía. Esto es lo que se conoce como monopolio. También se conocía a la Compañía Guipuzcoana por la trata negrera que suministraba a los hacendados, ya que era la encargada de comprar y vender esclavos.
Los dueños de haciendas comenzaron a comprar y a vender con personas de otros países que les ofrecían mejores precios, sin tener la autorización de la Compañía Guipuzcoana, lo cual era penalizado. A esta compra y venta se le llamaba contrabando, y para evitarlo la Compañía comenzó a tener presencia en las ciudades.
La Región del Yaracuy estuvo poblada en tiempos anteriores a la invasión europea por diferentes familias indígenas, entre ellas los gayones y jirajaras, y luego de la invasión, los blancos y los pardos de Yaracuy sembraban cacao y tabaco de muy buena calidad y comenzaron a llevarlo de contrabando a otros países, especialmente a Curazao. Otros de los productos que negociaban era el café, maíz, onoto, carne seca, cueros, caña de azúcar, papelón, plátano, cambures, aguacates, naranjas, limones, algodón, etc. a cambio de ropa, ron, aceite, queso, jabones, entre otras cosas.
Al conocer esto, los que estaban de parte de la Compañía cerraron el puerto de Coro para evitar que los barcos llegaran para ejercer el contrabando. También comenzaron a destruir los caminos por los que pasaban los contrabandistas, incendiaron casas y hasta cultivos.
El zambo Andresote
El zambo Andresote, nombre con el que se conoció a Andrés López del Rosario, era hijo de un negro y una india, nativo de Valencia, estableció su control en aquellas tierras y protegía la venta y compra de productos con los holandeses.
La rebelión de Andresote se dio principalmente porque estaban en contra de las disposiciones de la Compañía Guipuzcoana y coincidía en eso con numerosos indígenas, negros, zambos, mulatos y blancos criollos. Cada quien por razones diferentes, pero unidos en su lucha contra la compañía Guipuzcoana. La rebelión del zambo Andrés o Andresote, ocurrió entre los años 1730 y 1733 y fue la primera ocurrida contra las disposiciones de la compañía guipuzcoana establecida en la Provincia de Venezuela en 1728.
En este contexto Juan Andrés López de Rosario, zambo descendiente de africanos, se convirtió en la persona que luchaba por los intereses de quienes estaban involucrados en el comercio ilícito. Andresote estaba apoyado por un gran número de indios y negros cimarrones, quienes practicaban el comercio con los holandeses y los ingleses.
Cierto día las autoridades sorprendieron a Juan Andrés en el río Yaracuy, con armas de fuego y varios acompañantes, entregando mercancía de manera clandestina a holandeses e ingleses. Ante la imposibilidad de las autoridades a favor del Reino de España por atrapar a Andresote, estos prohibieron que se navegara por el río Yaracuy.
Un hombre contra 300
Sin embargo, esta prohibición no impidió que Andresote continuara con el comercio con los holandeses e ingleses, ya que él conocía muy bien todo el río Yaracuy y sus sitios cercanos. En alguna ocasión acabó casi con la totalidad de los 300 hombres que habían sido enviados para atraparlo.
Tras el fracaso de los españoles por capturar a Andresote y ante el temor de las autoridades españolas por la propagación de los conflictos a otras regiones, se ofreció una recompensa a quien asesinara al cabecilla de la rebelión, además de la libertad, si se trataba de un esclavo, y si tuviere delitos, sería libre de toda culpa. Pero esto fue infructuoso ya que nunca lograron atrapar a Andresote. Cuando enviaron una expedición más numerosa para atraparlo, pudieron agarrar a muchos de sus partidarios, principalmente mulatos y negros a quienes condenaron a muerte, pero Andresote logró huir a Curazao refugiándose en una barco holandés en Chichiriviche.
La rebelión logró durar varios meses, gracias al apoyo que recibían de numerosos sectores enemigos de la Compañía Guipuzcoana. Los pueblos vecinos y hacendados colaboraban con los alzados, dándoles provisiones e informándoles a tiempo de los movimientos de las tropas del gobierno.
En cuanto a Andresote se desconoce el paradero que tuvo luego que huyó.
Una autopista con el nombre de Andresote
Nota aparte merece la mención que la autopista centroccidental de nuestro país y que atraviesa el estado de Yaracuy, desde hace algunos años pasó a llamarse Cimarrón Andresote, en honor a este luchador afrodescendiente.
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