lunes, 6 de mayo de 2019

El Carupanazo, grito antiimperialistas de militares venezolanos

04/05/2019


El 4 de mayo de 1962 estalló en la ciudad de Carúpano (Sucre), el Carupanazo, acción cívico-militar de perfil antiimperialista y revolucionario, que integró a militares progresistas y dirigentes civiles revolucionarios, militantes del PCV y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria

 Algo de Historia
En Carúpano publicó e hizo circular el Libertador su célebre Manifiesto del 7 de septiembre de 1814. El prócer Santiago Mariño, tras el desembarco de la Expedición de Los Cayos en 1816, se hizo fuerte en la región comprendida entre Cariaco, Guiria y Carúpano, organizando el Ejército de Oriente que permitiría a José Francisco Bermúdez ejecutar la sorprendente jornada de diversión encomendada por el Libertador en 1821, en el marco de la Campaña de Carabobo y que resultó decisiva para la victoria final del 24 de junio de aquel año.

A Que Respondió
El Carupanazo respondió a las corrientes de crítica antiimperialista y revolucionaria que bullían en el seno de la Fuerza Armada Nacional de los años sesenta del siglo XX. Muchos de sus protagonistas actuaron en el desplazamiento insurgente de buques de guerra, que en la noche del 22 y madrugada del 23 de enero de 1958, resultó crucial, para la definición de sectores indecisos en el levantamiento contra Marcos Pérez Jiménez. Para 1962, dos bandos se disputaban el poder en el país, el bloque histórico encabezado por Rómulo Betancourt con la alianza AD-Copei y apoyo de Fedecámaras y alto clero, y la izquierda insurgente que proclamaba la liberación nacional y reivindicaciones a favor del pueblo

“Razones Ideales”
Al capitán de corbeta Jesús Teodoro Molina Villegas, le correspondió comandar en 1962 las acciones militares de Carúpano. Años después aclarará los móviles del movimiento “la recuperación plena de la democracia venezolana, traicionada por el Pacto de Fijo, sistema de gobierno que echó por la borda el espíritu del 23 de enero” [http://notiamanece.com]. Se trataba, al igual que el Porteñazo, de tentativas encaminadas a salvaguardar el rumbo del país, la defensa de la soberanía económica y política, frente al predominio que por entonces ejercieron los capitales foráneos, especialmente de origen estadounidense, y cuya responsabilidad se imputaba al Presidente Rómulo Betancourt, a quien se cuestionaba su política de suspensión de garantías, persecuciones y violación de derechos humanos (“Dispare primero y averigüe después”).

La Voz De Betancourt
El mismo 4 de mayo, en alocución por radio y tv, el entonces Presidente de la República expuso sus alegatos para repeler la acción, tachándola de “movimiento cubanizado”. Betancourt, en el marco de la Guerra Fría, atribuyó los hechos a “unos dos o tres (oficiales) influenciados por las doctrinas totalitarias de la extrema izquierda” ['Tres años de gobierno democrático']. Dicha tesis le consagraría como adalid de los grupos económicos, el alto clero y el Departamento de Estado de EEUU. El movimiento sería sofocado. Sin embargo, junto al Porteñazo, constituyó la simiente de corrientes patrióticas y antiimperialistas, que eclosionarían 30 años después, el 4 de Febrero de 1992.

“Íbamos Alzar Tres Batallones”
“El MIR me ordenó irme a Carúpano (…) Carúpano y Puerto Cabello debían estallar simultáneamente el 4 de mayo. Ambos movimientos estaban coordinados con Maiquetía (…) Teníamos gente en el batallón de ingeniería de Caracas, motoblindado, en el de…paracaidistas (…) Lo que pasa es que para que una unidad se levante, hay que tener gente muy decidida, muy resuelta. 









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