domingo, 17 de septiembre de 2017

En 1546 muere ahorcado Juan de Carvajal, fundador de El Tocuyo

17/09/2017


Nació en España. Respecto a la fecha y lugar de nacimiento no hay consenso, habría sido entre 1510 y 1513, en Villafranca del Bierzo (León) o Villafranca de los Barros (Badajoz).
Para condonar una deuda de la corona, el rey Carlos I de España -Carlos V como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico- concedió a los Welser, banqueros alemanes de Augsburgo, parte de la Provincia de Venezuela, desde el Cabo de la Vela hasta Maracapana, para la exploración, fundación de ciudades y explotación de los recursos.

En 1529, Juan de Carvajal llega a Santa Ana de Coro como Procurador General de la Provincia. Enseguida advirtió las condiciones precarias en que vivían los soldados españoles y sus familias, denunciando entonces el incumplimiento del acuerdo y los atropellos a los soldados e indios de servicio.

En el juicio de residencia realizado a los Welser en mayo de 1538 se le menciona como antiguo escribano de Maracaibo. En 1540 intentó la explotación de perlas en el Cabo de la Vela asociado a Alonso de Fuenmayor, un naufragio hizo fracasar su emprendimiento. Pronto obtiene el cargo de Relator de la Real Audiencia de Santo Domingo. Para 1544 regresa a Coro como Teniente de gobernador o Gobernador interino, algunos sospechan que esos títulos eran falsos.

Philipp von Hutten era el Capitán General de los Welser de Augsburgo, hacía cuatro años había salido hacia el país de los omaguas en la búsqueda del mítico El Dorado, se desconocía su paradero y se lo presumía muerto, Carvajal tomaría su lugar.

Coro estaba en una zona árida, los consumos debían adquirirse a precios abusivos en el almacén de los Welser. Carvajal organiza una expedición trasladando la mayoría de las familias allí radicadas con la intención de fundar otra ciudad en parajes aptos para la agricultura y la ganadería. Después de cuatro meses de caminata funda El Tocuyo -7 de diciembre de 1545- en un fértil valle regado por el río del mismo nombre.

Al poco tiempo, von Hutten que regresaba de su larga expedición acierta pasar por El Tocuyo. Enterado de que ha sido sustituido en el mando por Carvajal, colérico intenta despoblar la nueva ciudad y llevarse la gente nuevamente a Coro. Carvajal se opone, y mientras ambos discutían, Bartolomé Welser VI el Joven (hijo de Bartolomé Welser V el Viejo), quien acompañaba a von Hutten, con un palo tiró a Carvajal al barro. Luego, los expedicionarios desarmaron a los de Carvajal y se fueron a Coro, llevándose las armas y caballos de los que estaban con Carvajal.

Carvajal, ciego de ira, reúne a su gente y sale a perseguirlos, los alcanza al caer la tarde y logra dominarlos. Ordena que decapiten a von Hutten, Bartolomé Welser VI y otros tres españoles de su escuadra; luego regresa a El Tocuyo.

Con la muerte de Hutten finaliza la dominación de los banqueros Welser en la provincia de Venezuela. Sin embargo, Carvajal estaba perdido, los familiares de los Welser eran amigos personales de Carlos I. Al cabo de mes y medio, Carvajal fue arrestado por las fuerzas de Juan Pérez de Tolosa, quien asumiría la gobernación. Se celebró un juicio de residencia. Carvajal se defendió alegando que si había mandado ajusticiar a von Hutten, era en defensa de las exigencias legítimas de los corianos y del poblamiento recién fundado, mirando por la prosperidad de la gente que había sacado de Coro sumida en la pobreza por los Welser. Oídas sus declaraciones, se dictó la sentencia: "Condenamos al dicho Juan de Carvajal, reo acusado, a que sea sacado de la cárcel pública donde está, atado a la cola de un caballo, e por la plaza de este asiento sea llevado arrastrando asta la picota e horca, e allí sea colgado del pescuezo con una soga de esparto o de cáñamo, de manera que muera de muerte natural, e ninguno de allí sea osado de le quitar syn licencia de mí, el dcho. Gobernador, so pena de muerte"

Carvajal, solicitando que no se culpase a nadie más, reconoció haber ofendido al Rey, imploró el perdón y aceptó con resignación la muerte en expiación de sus culpas. La sentencia se cumplió el 17 de septiembre de 1546, fue colgado de una ceiba en la plaza principal de El Tocuyo, que había fundado nueve meses antes.

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