viernes, 7 de febrero de 2020

Primera Mujer en Hacer Cumbre en el Pico Bolívar

07/02/2020


El  7 de febrero de 1946, hace 74 años, Blanca Josefina Carrillo de Ponte, se convierte en la primera mujer venezolana en conquistar la cumbre del Pico Bolívar.

Luego que Enrique Bourgoin y Domingo Peña conquistaran por primera vez las cumbres del Pico Bolívar aquel mítico 05 de enero de 1935 y que la suiza Dorly de Marmillord, hiciera lo propio al convertirse en la primera mujer en coronar la cima en septiembre de 1944; le tocó el turno a Blanca Josefina Carrillo de Ponte de ingresar a las páginas doradas de la historia del Pico Bolívar al convertirse en la primera mujer venezolana que encumbró el Pico Bolívar, formidable hazaña que quedo registrada 7 de febrero de 1946.

Proeza que se dio en una época donde este tipo de retos era exclusivamente de hombres. Solo hay que imaginarse la mole de hielo y el mar de nieve que cubría el pico para ese momento y los recursos con que contaban los alpinistas para entender el legado histórico de la valiente y audaz Blanca Josefina Carrillo. Solo nos queda a los caballeros de Mérida y del mundo, sacarnos el sombrero ante esta extraordinaria y valiente dama que floto para la eternidad en el águila mayor de Tulio Febres Cordero.

Blanca Josefina Carrillo de Ponte, nació el 04 de marzo de 1924, en Tucupita, Delta Amacuro y falleció en 2012, en el estado Lara.


Bolívar renuncia al cargo de Presidente de la República.

06/02/2020


En 1827, ante el Congreso de la Gran Colombia, el Libertador Simón Bolívar, renuncia al cargo de Presidente de la República.

Habiendo ejercido el mando en Venezuela en virtud de las facultades extraordinarias de que había sido investido como presidente de la Gran Colombia, el 6 de febrero de 1827, desde Caracas, remite su renuncia a la Presidencia de la República al Congreso reunido entonces en Bogotá, pero dicho cuerpo no se la acepta y lo incita a regresar a aquella capital para que retome la Presidencia.

Ante el mencionado Congreso, instalado en la ciudad de Bogotá, el Libertador expresó fervorosamente lo siguiente:

“¡Colombianos! hoy he dejado de mandaros. Veinte años ha que os sirvo en calidad de soldado y magistrado. En este largo período hemos conquistado la patria, libertado tres repúblicas, conjurado muchas guerras civiles, y cuatro veces he devuelto al pueblo su omnipotencia, reuniendo espontáneamente cuatro Congresos Constituyentes. A vuestras virtudes, valor y patriotismo se deben estos servicios; a mí la gloria de haberlos dirigido. (…) Temiendo que se me considere como un obstáculo para asentar la República sobre la verdadera base de su felicidad, yo mismo me he precipitado de la alta magistratura a que vuestra bondad me había elevado.”

Convencido Bolívar de que su distanciamiento de la patria ayudaría a la unidad de la República, o por lo menos a la paz y concordia entre los colombianos, también señaló:

“Debéis estar ciertos de que el bien de la patria exige de mí el sacrificio de separarme para siempre del país que me dio la vida, para que mi permanencia en Colombia no sea un impedimento a la felicidad de mis conciudadanos.”

Ante esta decisión del Libertador, el 4 de mayo de 1830 fueron electos como Presidente de la República, Joaquín Mosquera, y Domingo Salcedo como Vicepresidente, quienes asumirían la responsabilidad de continuar dirigiendo la patria bolivariana. Fue esta una de las últimas acciones públicas de Simón Bolívar, quien falleciera a tan sólo siete meses de su renuncia el 17 de diciembre de 1830.

Muere El Príncipe de las Letras

06/02/2020


Uno de los poetas que tuvo mayor influencia en la poesía del siglo XX, falleció un día como hoy, Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (18 de enero de 1867 - 6 de febrero de 1916), fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española.

El llamado “príncipe de las letras castellanas”, no es muy conocido fuera de los países hispanohablantes, por lo mismo que susobras han sido escasamente traducidas a otras lenguas.

El autor de “Los raros”, es el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico.

Aunque según su fe de bautismo el primer apellido de Rubén era García, la familia paterna era conocida desde generaciones por el apellido Darío. El propio Rubén lo explica en su autobiografía:

“Según lo que algunos ancianos de aquella ciudad de mi infancia me han referido, uno de mis tatarabuelos tenía por nombre Darío. En la pequeña población conocíale todo el mundo por don Darío; a sus hijos e hijas, por los Daríos, las Daríos. Fue así desapareciendo el primer apellido, a punto de que mi bisabuela paterna firmaba ya Rita Darío; y ello, convertido en patronímico, llegó a adquirir valor legal; pues mi padre, que era comerciante, realizó todos sus negocios ya con el nombre de Manuel Darío [...].”

LEGADO.

Los poetas del siglo XX han mostrado hacia la obra de Darío actitudes divergentes. Entre sus principales detractores figura Luis Cernuda, que reprochaba al nicaragüense su afrancesamiento superficial, su trivialidad y su actitud "escapista". En cambio, fue admirado por poetas tan distanciados de su estilo como Federico García Lorca y Pablo Neruda, si bien el primero se refirió a "su mal gusto encantador, y los ripios descarados que llenan de humanidad la muchedumbre de sus versos". El español Pedro Salinas le dedicó el ensayo La poesía de Rubén Darío, en 1948.

Nace Fabricio Ojeda

06/02/2020


Fabricio Ojeda fue un periodista, político y comandante de la guerrilla venezolana en los años sesenta del siglo XX. El culto a su personalidad sigue siendo controversia. Este Trujillano nacido en Boconó el 6 de febrero de 1929, participó activamente en la política desde su adolescencia. Ejerció la docencia en la escuela Creole Petroleum Corporation, en Cabimas. Estudió Periodismo en la Universidad Central de Venezuela (UCV), disciplina que ejerció cubriendo la fuente política del Palacio de Miraflores para el Diario El Nacional.

En 1949, Fabricio Ojeda se unió al partido Unión Republicaba Democrática (URD). En 1957 integró el movimiento civil de resistencia al régimen de Marcos Pérez Jiménez. Presidió la clandestina Junta Patriótica –cónclave de los partidos Acción Democrática (AD), COPEI, URD y Partido Comunista de Venezuela (PCV) para enfrentar la dictadura. En 1958, fue electo diputado por ante el Congreso Nacional (actual Asamblea Nacional). En 1960, tras haber permanecido cuatro meses en La Habana apoyando la Revolución Cubana, se retiró del partido URD. Y en 1962 renunció públicamente a su investidura parlamentaria.

En conjunto con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), los activistas Douglas Bravo y Argimiro Gabaldón, creó un Frente Guerrillero en el Oriente del país, para lo que asumió el nombre de “Comandante Roberto”. Llegará a presidir las FALN; es detenido y sentenciado a 18 años en la Cárcel Nacional de Trujillo por rebelión.

En 1963 se escapó de la cárcel, el Gobierno nacional ofreció una recompensa por su captura. Fue delatado por un vocero del PCV, y apresado en Playa Grande, estado Vargas, el 17 de junio de 1966 por el Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (SIFA) en Playa Grande, estado Vargas. Días después, el 21 de junio de 1966, Fabricio Ojeda murió en una prisión militar, en Caracas a sus 37 años.

Controversia acerca de la muerte de Fabricio Ojeda
A la fecha aún no está clara la causa de su muerte. Según la versión oficial de la época, el entonces Ministro de la Defensa declaró que Fabricio Ojeda había sido hallado ahorcado en su celda de reclusión. Sus familiares y amigos no admitieron como veraz tal información. En 2012, tras una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), los restos de Ojeda fueron exhumados por la Unidad Criminalística Contra la Vulneración de los Derechos Fundamentales del Ministerio Público, a fin de estudiar y reevaluar las inconsistencias del expediente de su muerte.

El 23 de enero de 2017 los restos mortales de Fabricio Ojeda fueron elevados al Panteón Nacional.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Día Mundial Contra El Cancer

04/02/2020


El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, promovido por La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.

¿Qué es el cáncer?
Todos hemos oído hablar de cáncer, y la mayoría de nosotros, conocemos directamente a personas con esta enfermedad que causa tanto temor. Pero ¿sabemos realmente qué es el cáncer?

El cáncer es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan de manera anómala e incontrolada dando lugar a un bulto o masa. Esto ocurre en todos los cánceres excepto en la leucemia (cáncer en la sangre).

Si no se trata, el tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes del organismo diseminándose a otros órganos y tejidos.

El cáncer en cifras
Aproximadamente se estima que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer en algún momento de su vida. Cada año se diagnostican en el mundo más de 14 millones de casos nuevos y la enfermedad provoca 9,6 millones de muertes al año.

Con estas cifras, es muy probable que nosotros mismos o alguien de nuestra familia tengan cáncer en algún momento de sus vidas. Por eso se trata de una cuestión que nos afecta a todos.

Factores de riesgo para el cáncer
Existen muchos tipos de cáncer que una persona puede desarrollar, debido a causas múltiples. En muchos casos, los factores de riesgo no pueden modificarse, pero alrededor de un tercio de los casos de cáncer pueden evitarse reduciendo los factores de riesgo principales.

Factores de riesgo no modificables son la edad o la genética.
Los factores de riesgo que sí podemos controlar son, entre otros:
Consumo de alcohol, tabaco y drogas.
Alimentación y dieta.
Actividad y ejercicio físicos.
Radiaciones o exposición a sustancias cancerígenas.
Determinadas infecciones.
Atentos a los síntomas más preocupantes

Existen muchos tipos de cánceres y los síntomas varían de una persona a otra, pero es cierto también que algunos síntomas son muy significativos a los que hay que prestar atención, aunque la presencia en sí de uno o varios de estos síntomas no quiere decir que padezcamos cáncer. Siempre ante la duda, consultar con un médico:

Bultos o masas extrañas en cualquier parte del cuerpo.
Fatiga, cansancio, falta de aire o tos.
Sangrados o hemorragias imprevistas.
Pérdida de peso repentina o falta de apetito.
Dolor.
Complicaciones al tragar, al orinar o al realizar cualquier otra necesidad fisiológica.
Sudores nocturnos intensos.
Cambios en un lunar o manchas en la piel.
Cambios en las mamas.
Tratamiento curativo y paliativo
La detección temprana adquiere en el cáncer una importancia fundamental, de forma que existen determinadas pruebas diagnósticas que garantizan coger a la enfermedad en un estadio muy temprano, con la consecuente probabilidad de curación. Es el caso de los exámenes de cáncer colorrectal, pulmón, mama y cervical.

Dependiendo del tipo de cáncer, del estadio en que se encuentre, y el estado de salud del paciente, se podrán emplear distintas técnicas y tratamientos:

Cirugía
Radioterapia
Quimioterapia
Inmunoterapia
Hormonoterapia
Terapia génica
El tratamiento paliativo está diseñado para paliar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente en cualquier etapa de la enfermedad. Incluso para controlar los efectos secundarios de los tratamientos.

Tema de la campaña desde 2019 hasta 2021
Desde el año 2019, la campaña del Día Mundial contra el Cáncer es "Yo soy y voy a" haciendo un llamamiento a cualquier persona a actuar contra el cáncer. Cualquier acción individual puede suponer un cambio a nivel global, y esto es lo que se quiere reflejar. En el Día Mundial contra el Cáncer, ¿quién es usted y qué va a hacer?

Febrero Rebelde

04/02/2020





4F Día de la Dignidad Nacional

04/02/2020





martes, 4 de febrero de 2020

Un Por Ahora que se convirtió en Para Siempre

04/02/2020


El pueblo venezolano conmemora este Martes 28 años de la rebelión cívico-militar que, encabezada por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, marcó el inicio de una gesta revolucionaria contra el sistema neoliberal y explotador del pueblo.

Venezuela conmemora el próximo 4 de febrero el "Día de la Dignidad Nacional". La fecha es en recordatorio de la rebelión cívico-militar que en 1992 encabezó el entonces teniente coronel Hugo Chávez Frías y que se consideró un alzamiento de la voz del pueblo contra el neoliberalismo y el capitalismo.

La rebelión de 1992 enfrentó el sistema político destructor del presidente de derecha, Carlos Andrés Pérez.

Chávez asumió la responsabilidad de la rebelión, junto a un grupo de militares, y una vez aceptada su derrota temporal, se dirigió al país mediante la prensa local para manifestar que "por ahora" los objetivos (de liberar al pueblo) no habían sido alcanzados.

Ese célebre "por ahora" es hoy día, 25 años después, una frase que se convirtió en la esperanza de un pueblo... Un pueblo que ahora dice "Comandante Chávez para siempre".

La madrugada del 4 de febrero de 1992 el país se levantó en medio de una rebelión de militares, quienes en su intento por dar un frenazo al colapso en el que las clases dominantes habían sumergido al país, revivieron la esperanza maltratada de un pueblo en su lucha por la emancipación y la construcción de una sociedad más justa.

Los uniformados se identificaron como el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), movimiento político fundado a lo interno de las fuerzas armadas en 1983 bajo el pensamiento de Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora.

El asalto al palacio presidencial de Miraflores se inició a las 12 de la madrugada del 4 de febrero. Al mismo tiempo se asaltaron la residencia presidencial (La Casona), y otras importantes ciudades del país. Los enfrentamientos fueron intensos en algunos casos.

Frustrado el intento de toma de la ciudad capital, Caracas, los insurgentes se rindieron, luego que las guarniciones del interior del país fueran recuperadas por las fuerzas leales al gobierno de entonces.

Chávez fue arrestado y privado de su libertad por fuerzas de seguridad. Su histórica alocución fue transmitida ante los medios de comunicación, en donde el Comandante asumía la responsabilidad del alzamiento, y ordenaba a los insurgentes que aún luchaban en Aragua y Valencia (al norte del país) que se rindieran para evitar mayores derramamientos de sangre, a la vez que pedía a sus partidarios deponer las armas.
A partir del 04 de febrero de 1992, la construcción de la nueva sociedad venezolana dejó de ser una utopía para convertirse en una necesidad posible, con sujetos y un liderazgo claro capaz de motorizar el proceso revolucionario.

El 4 de febrero de 1992 representa el chispazo que fortaleció al pueblo y lo enrumbó en la lucha por el rescate de la dignidad nacional.

28 años después y pese a miles de intentos de desestabilización y sabotaje, se sigue construyendo la epopeya iniciada en aquellos días. En Venezuela son muchos los que opinan que los militares se han hecho pueblo; un pueblo que no renuncia a la determinación de ser libre con constancia y patriotismo.

4 de febrero de 1992

04/02/2020


Entre los días 3 y 4 de febrero de 1992 un golpe militar fallido intentó derrocar al entonces Presidente de la República, Carlos Andrés Pérez. Estuvieron comprometidas en la asonada, guarniciones militares de los estados Aragua, Carabobo, Miranda, Zulia y el Distrito Federal. El alzamiento—denominado Operación Zamora—se inició en la tarde del día 3 y estalló en la noche, al retornar al país el presidente Pérez, luego de su participación en el Foro Económico Mundial, en la ciudad de Davos (Suiza). Los responsables eran miembros de una agrupación clandestina existente en el seno de las Fuerzas Armadas, conocida como Movimiento Bolivariano MBR-200. Dicha organización fue fundada en 1983 por los entonces capitanes del Ejército Hugo Chávez Frías, Felipe Acosta Carlés y Jesús Urdaneta Hernández, quienes se desempeñaban como instructores de la Academia Militar. Debido a que entre sus miembros figuraban oficiales de graduaciones medias tales como comandantes, mayores, capitanes, tenientes y tenientes-coroneles, dicho movimiento se conoció como COMACATE. Asimismo, buena parte de los integrantes pertenecían a la promoción Simón Bolívar, la cual egresó de la Escuela Militar en 1975.

En relación a las razones argumentadas por los oficiales golpistas, tenemos que las mismas eran la gestión política y económica del Presidente Pérez; el descontento de los sectores medios y bajos de las Fuerzas Armadas por los hechos de corrupción verificados en los altos mandos militares; la subordinación de las Fuerzas Armadas a un liderazgo político que consideraban incapaz y corrupto; la utilización de las Fuerzas Armadas, en particular el Ejército y la Guardia Nacional, en la represión de los disturbios del 27 de febrero de 1989; el cuestionamiento a la posición sostenida por el presidente Pérez en las negociaciones relativas a la delimitación limítrofe con Colombia; el deterioro de las condiciones socioeconómicas de la oficialidad media y baja de las tropas; y el empleo de las Fuerzas Armadas en labores como repartición de útiles escolares, becas alimentarias, campañas de vacunación y de arborización. De acuerdo con los alzados su acción estaba justificada por la interpretación del artículo 132 de la Constitución Nacional de 1961, según el cual se consagraba a las Fuerzas Armadas la defensa nacional, la estabilidad de las instituciones democráticas y el respeto a la Constitución y a las leyes, el cual estaba siendo vulnerado por el Gobierno de Pérez. No obstante, a pesar de lo anterior en entrevistas concedidas a la prensa, lo golpistas señalaron que lo mismos estaban conspirando desde hacía 10 años antes, aproximadamente durante el gobierno de Luis Herrera Campíns.

Los principales dirigentes de la acción golpista fueron los tenientes coroneles Hugo Chávez Frías, Francisco Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta Hernández y Jesús Ortiz Contreras. La toma de la región capital estuvo bajo la responsabilidad del teniente coronel Chávez Frías, quien dirigió las acciones desde el Museo Histórico Militar de La Planicie, y del teniente coronel Joel Acosta Chirinos, quien comandó las operaciones en la base aérea Generalísimo Francisco de Miranda, en La Carlota. Los combates en el Distrito Federal se iniciaron hacia las 11 p.m. del día 3 y los enfrentamientos más intensos tuvieron lugar en la residencia presidencial La Casona, en el Palacio de Miraflores y en la base aérea Francisco de Miranda. Otras acciones tuvieron lugar en el Fuerte Tiuna, donde se iniciaron las acciones golpistas, en las comandancias generales del Ejército y la Armada, en el Comando Regional núm. 5 y el Comando de Seguridad Urbana de la Guardia Nacional, la sede de la Disip en el Helicoide, en la sede de la Comandancia de la Policía Metropolitana en Cotiza y en Venezolana de Televisión (canal 8). A pesar de la magnitud del movimiento en la región capital, el presidente Pérez pudo sortear con éxito la situación, ya que a su llegada de Suiza estaban esperándolo el Ministro de la Defensa, general Fernando Ochoa Antich, y el Ministro de Interiores, Virgilio Ávila Vivas, quienes se habían trasladado al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, para desarticular un presunto operativo destinado a detener al presidente Pérez. Una vez en la residencia presidencial, Pérez recibió a las 11 p.m. una llamada telefónica de Ochoa Antich en la que era informado de un alzamiento en el Fuerte Mara en el Zulia, por lo que decidió trasladarse al Palacio de Miraflores, evadiendo por escasos minutos la captura de los golpistas. Posteriormente, a las 12 p.m. Miraflores fue atacado por tanques y por una unidad de paracaidistas, produciéndose intensos combates que derivaron en múltiples heridos y muertos de ambas partes. Nuevamente, el presidente Pérez logro huir de sus captores dirigiéndose al canal 4 de televisión (Venevisión), desde donde se comunicó con el país a la 1 a.m., informando acerca de la situación y condenando al movimiento insurreccional.

Finalmente, la rendición de los insurgentes comenzó una vez que las tropas leales retomaron el Palacio de Miraflores a las 4 a.m. y se prolongó hasta cerca del mediodía del día 4, cuando se entregó el líder de la operación, el comandante Hugo Chávez Frías. El presidente Pérez retornó al Palacio una vez que fue recuperado por las fuerzas del gobierno. Sin embargo, la situación en el resto del país no estaba controlada, ya que a diferencia de la región capital donde el movimiento insurreccional fracasó, en el estado Zulia había triunfado la operación denominada Reconstrucción 92. En tal sentido, su máximo jefe Francisco Arias Cárdenas, quien se desempeñaba como comandante del grupo de artillería misilística José Tadeo Monagas, había tomado a las 12 p.m. la casa del gobernador del estado Oswaldo Álvarez Paz, y desde la misma se proclamó gobernador militar del estado, dando a conocer a través de una emisora radial los motivos del golpe y los principios del MBR-200. Entre los principales puntos estratégicos tomados por las fuerzas de Arias Cárdenas, figuraban el puente sobre el Lago de Maracaibo, el cuartel Libertador, los destacamentos 33 y 35 de la Guardia Nacional, el Cuartel de Patrulleros de la Policía del Estado, la sede de la Disip, instalaciones petroleras de la costa oriental del lago, el canal II de televisión, etc. No obstante, en vista del fracaso de las operaciones en Caracas, Arias depuso las armas.

Aragua y Carabobo fueron otras regiones del país en las que actuaron los golpistas. En cuanto a Maracay, tenemos que se sublevaron 3 batallones de la 41ª Brigada de infantería Paracaidista y el batallón García de Sena, al mando del teniente coronel Jesús Urdaneta Hernández, y el batallón de cazadores General Vásquez, al mando del teniente coronel Jesús Ortiz Contreras. Los combates más intensos se escenificaron en el Cuartel Páez, a 2 cuadras del Palacio de Gobierno, en el Cuartel La Placera, y en la base Libertador. Los rebeldes rodearon la base, pero no lograron ingresar, pero no lograron ingresar en ella ni utilizar los aviones. En la guarnición de Valencia actuaron el batallón blindado Pedro León Torres, el grupo de artillería de campaña Lara, el batallón de apoyo José G. Lugo, una compañía de comunicaciones y una compañía de honor. Durante aproximadamente 15 horas los insurrectos controlaron varios puntos estratégicos de la ciudad, entre ellos el Comando Regional núm. 2 de la Guardia Nacional. El sometimiento de los alzados finalmente se consiguió hacia las 4 p.m. del día, tras la breve alocución a la 1p.m. de Hugo Chávez Frías, quien asumió la responsabilidad del movimiento y solicitó las fuerzas aún rebeldes de Aragua y Carabobo que se rindieran ante el fracaso de las operaciones en Caracas, para evitar mayores derramamientos de sangre.

Durante la mañana del día 5 de febrero de convocó a una sesión bicameral extraordinaria en el Congreso, con el propósito de presentar a la consideración del Poder Legislativo ante la aprobación por parte del Poder Ejecutivo de un decreto que establecía la suspensión de las garantías constitucionales en todo el territorio nacional, así como de un toque de queda. Por acuerdo de las fracciones parlamentarias se resolvió no debatir sobre la materia sino formular un comunicado de condena al intento de golpe. Sin embargo, para sorpresa de todos, el senador vitalicio Rafael Caldera, desatendiendo el acuerdo previo, pronunció un polémico discurso en que rebatió la tesis del magnicidio como motivo de la insurrección, al señalar que dicho movimiento respondía a una crisis más profunda de la democracia venezolana y sus instituciones. El discurso de Caldera se convirtió en un importante suceso político que le sirvió de plataforma para llegar a la presidencia de la República en diciembre de 1993. En cuanto al comandante Chávez y los oficiales de mayor rango involucrados en la insurrección, los mismos fueron recluidos en el Cuartel San Carlos de Caracas y luego en la Cárcel de Yare en los Valles del Tuy. A semanas de este intento, el Tribunal Militar II de Primera Instancia Permanente de Caracas anunció que había 133 oficiales (entre los cuales 24 fueron acusados de dirigir la rebelión y el resto de ser adherentes) y 967 soldados sometidos a la investigación. Con el tiempo, las causas de muchos de los militares presos fueron sobreseídas; otros fueron dados de baja, y otros indultados por el presidente Caldera en 1994 bajo la condición de solicitar su retiro de las Fuerzas Armadas, tal como sucedió con los oficiales que dirigieron la operación.

lunes, 3 de febrero de 2020

Primera Batalla de la Puerta

03/02/2020


Fue un encuentro entre las tropas de Vicente Campo Elías y José Tomás Boves quien se dirigía hacia el centro de Venezuela con el fin de llegar a Caracas pasando por los valles de Aragua. Los realistas, en su mayoría caballería, derrotaron a las tropas de Campo Elías y se lanzan contra la ciudad de La Victoria. 
 El sitio de la Puerta es el lugar donde el río Guárico corta transversalmente un relieve que forma parte de la serranía del Interior a través de un breve desfiladero que se abre a partir de dicho lugar hacia los Llanos venezolanos al sur del campo de batalla. Este hecho fue el que determinó la victoria de los llaneros (en su mayoría criollos y pardos) de Boves, cuya caballería era mucho más importante y procedía de campo abierto por lo que pudieron arrinconar al ejército de Campo Elías, al no dejarlo salir libremente a enfrentar al ejército realista.


21 Años de Revolución, Batallas y Victorias

02/02/2020







21 Años de la Primera Juramentación de Chavez Como Presidente

02/02/2020



El 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez se juramentó por primera vez como presidente de Venezuela e inició una era de grandes transformaciones sociales y políticas en la nación suramericana.

“Juro ante Dios, ante la patria y ante mi pueblo, sobre esta moribunda Constitución", así se juramentó como presidente constitucional de Venezuela por primera vez, hace 21 años, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, dando el puntapié inicial a una era de grandes transformaciones sociales y políticas en la nación suramericana.

Iniciaba así, aquel 2 de febrero de 1999, la Revolución Bolivariana, en el marco de la naciente V República de Venezuela. Atrás quedaba el periodo signado por el Pacto de Puntofijo que impuso el bipartidismo a lo largo de cuatro décadas turnando sucesivamente en el poder a los partidos Acción Democrática y Copei.

"Haré cumplir e impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los tiempos”, completó su juramento el expresidente. El impulso de una nueva Constitución nacional había sido una de sus principales banderas políticas durante la campaña electoral de 1998. Y cumplió.

El 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez se juramentó por primera vez como presidente de Venezuela e inició una era de grandes transformaciones sociales y políticas en la nación suramericana.

“Juro ante Dios, ante la patria y ante mi pueblo, sobre esta moribunda Constitución", así se juramentó como presidente constitucional de Venezuela por primera vez, hace 21 años, el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, dando el puntapié inicial a una era de grandes transformaciones sociales y políticas en la nación suramericana.

Iniciaba así, aquel 2 de febrero de 1999, la Revolución Bolivariana, en el marco de la naciente V República de Venezuela. Atrás quedaba el periodo signado por el Pacto de Puntofijo que impuso el bipartidismo a lo largo de cuatro décadas turnando sucesivamente en el poder a los partidos Acción Democrática y Copei.

"Haré cumplir e impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los tiempos”, completó su juramento el expresidente. El impulso de una nueva Constitución nacional había sido una de sus principales banderas políticas durante la campaña electoral de 1998. Y cumplió.


Tras juramentarse como presidente, Chávez brindó un extenso discurso ante los parlamentarios. | 
Luego de asumir formalmente como presidente ante el extinto Congreso bicameral, juramentó a su gabinete en el Palacio de Miraflores (sede de Gobierno) y rubricó de una vez el decreto que convocaba a un referéndum para la conformación de la Asamblea Nacional Constituyente.

La consulta popular arrojó un abrumador 87 por ciento de votos por la opción de convocar a la redacción de la nueva Carta Magna.

Constitución Bolivariana de 1999
El nuevo texto constitucional fue aprobado el 15 de diciembre de 1999 por el 71 por ciento del electorado, dando lugar a un gran cambio de paradigma democrático donde el sistema de Gobierno pasó de ser representativo a protagónico, ampliando los mecanismos de participación ciudadana a través de múltiples formas de organización colectiva.

Signada en su preámbulo por el ideario histórico del Libertador Simón Bolívar, es reconocida como uno de los instrumentos jurídicos más avanzados de la región y del mundo al incorporar la ampliación de derechos de los pueblos indígenas, reconocer derechos ambientales, y otras legislaciones de vanguardia en el marco de un sistema de igualdad y justicia social.

Transformaciones sociales
Con la premisa de dignificar y reivindicar a la población que había sido socialmente excluida durante la IV República, el Comandante Chávez atacó rápidamente la herencia neoliberal de los pasados Gobiernos.

A través de la distribución igualitaria de la renta petrolera y la activación de diferentes empresas estatales recuperadas, consiguió pronto grandes avances en materia social.

La fundación de grandes Misiones Socialistas que llevaron salud, alimentación, educación y vivienda a todos los rincones de Venezuela, logró el despertar de las esperanzas de los sectores más desfavorecidos.

Así se avanzó considerablemente en la reducción de la pobreza que pasó de 43 por ciento en 1998 a 24 por ciento en 2012; se alcanzó la tasa cero de analfabetismo; aumentó tres años la esperanza de vida; mejoró el Índice de Desarrollo Humano y el Coeficiente de Gini; ​​​se llevó atención médica a través de la amplia cobertura territorial de Barrio Adentro; y se construyeron y refaccionaron cientos de miles de viviendas con el Plan Barrio Nuevo, Barrio Tricolor y la Gran Misión Vivienda Venezuela; entre otros grandes avances reconocidos por los organismos que integran el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Continuidad del legado histórico
Con la ratificación del presidente Nicolás Maduro al frente de la primera magistratura y en la continuación del liderazgo de la Revolución Bolivariana, el pueblo venezolano sigue protagonizando la construcción de la Patria socialista en el marco de nuevos retos y desafíos.

Con el acento puesto en la inversión social, que supera los 70 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB), el Gobierno revolucionario prioriza la protección de los sectores más humildes ante los embates económicos que buscan desestabilizar el país.

Frente a sanciones, embargos y bloqueos a la economía venezolana impulsados principalmente desde el Gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.), el presidente Nicolás Maduro ha renovado y reinventado el sistema de protección social a través del novedoso mecanismo del Carnet de la Patria que identifica y asiste necesidades del pueblo en todo el territorio nacional.
Esta plataforma fue el soporte fundamental para lograr las pensiones para el cien por ciento de las personas en edad de jubilación; el apoyo a las mujeres embarazadas y lactantes; personas con algún tipo de discapacidad; trabajadores de la economía informal; jóvenes desempleados; y hogares humildes; entre otros sujetos de derecho.

Tampoco el asedio de la guerra económica ha logrado detener los avances en la Gran Misión Vivienda Venezuela que en diciembre de 2018 alcanzó el hito de 2.500.000 hogares construidos.

Nace Antonio Jose de Sucre

03/02/2020


(Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá; Cumaná, actual Venezuela, 1795 - Sierra de Berruecos, Colombia, 1830) Militar y político venezolano, prócer de la independencia hispanoamericana. Tempranamente adherido a la causa emancipadora, la figura de Sucre empezó a cobrar protagonismo cuando, a partir de 1819, se convirtió en uno de los principales lugartenientes de Simón Bolívar, entre los que sobresalió por su pericia estratégica y su inquebrantable lealtad.

Bolívar comenzaba por entonces a dar forma al proyecto de la Gran Colombia, confederación al estilo de los Estados Unidos que aspiraba a integrar las colonias españolas liberadas. Proclamada en 1819 en el Congreso de Angostura y presidida por El Libertador, la Gran Colombia agrupó en su fundación los territorios de Venezuela y Colombia. En calidad de lugarteniente de Bolívar, Antonio José de Sucre dirigió entre 1821 y 1822 la campaña que incorporó a la Gran Colombia el actual Ecuador.

En la decisiva campaña de Perú, último gran centro del poderío español, acompañó a Bolívar en la batalla de Junín y, por ausencia de éste, dirigió la batalla de Ayacucho (1824), que supuso el fin de la dominación española en el continente; tal victoria le valió el título de Gran Mariscal de Ayacucho. En 1825 ocupó el Alto Perú (la actual Bolivia), en el que quedó establecida la república de Bolivia, que presidió hasta 1828. Víctima de las tensiones que acompañaron la disgregación de la Gran Colombia, fue asesinado dos años después.

Biografía

Pese a pertenecer a una familia patricia venezolana de larga tradición militar al servicio de la Corona española, su padre, el teniente coronel Vicente Sucre y Urbaneja, apoyó la causa emancipadora desde sus inicios. Al igual que el de otras antiguas colonias, el proceso que conduciría a la independencia de Venezuela sufrió numerosos vaivenes: desde 1810 y a lo largo de casi toda la década, patriotas y realistas alternaron victorias y fracasos en sus enfrentamientos, en los que, siguiendo los pasos de su padre, participó activamente el joven Antonio José de Sucre.

Después de haber realizado sus primeros estudios en la escuela fundada por su tía, María de Alcalá, en la ciudad natal de Cumaná, se trasladó a Caracas, donde ingresó en la Escuela de Ingenieros del coronel español Tomás Mires. Como joven perteneciente al sistema militar de la monarquía española, se formó en los valores de orden, disciplina y autoridad, al ritmo de sus estudios de matemáticas, agrimensura, fortificación y artillería. Estos conocimientos y principios serían vitales para el desempeño de Sucre en una carrera que estaba a punto de comenzar.

A los quince años se alistó en el ejército patriota como alférez de ingenieros y participó en la campaña de Francisco de Miranda (1812) contra los realistas, durante la cual ascendió a teniente. Tras el fracaso de este primer intento emancipador, se refugió en la isla de Trinidad, donde entabló contacto con Santiago Mariño, a quien siguió en 1813 en la expedición de reconquista de Venezuela, en la que tomó Cumaná e intervino en la organización del ejército de Oriente.

Su arrojo y sus dotes para la guerra determinaron su ascenso a teniente coronel, y como tal tomó parte en la ofensiva sobre Caracas. Sin embargo, vencido su ejército en Aragua y Urica, debió huir para no ser apresado por los realistas; la segunda tentativa independentista había fracasado. Integrado de nuevo en la lucha, en la segunda mitad de 1815 intervino en la defensa de Cartagena de Indias, desde donde pasaría a combatir en la Guayana y el bajo Orinoco.

La participación de Sucre en la empresa de reconquista de los territorios orientales, adelantada por los generales Santiago Mariño, Manuel Piar, José Francisco Bermúdez y Manuel Valdés, y su posterior servicio al Estado Mayor General de Oriente, significaron para el joven oficial no sólo el desarrollo de sus habilidades y destrezas militares, sino también una toma de postura política frente a las diferencias que existían entre los generales orientales y Bolívar. La guerra se extendía y Venezuela debía decidir en relación con la unidad de sus ejércitos; el temible general realista Pablo Morillo avanzaba por los territorios, y las contradicciones entre los generales venezolanos no permitían dar con una estrategia unitaria.

Lugarteniente de Bolívar

Este marco de circunstancias determinó a Sucre a unirse definitivamente al ejército del Libertador; los argumentos de su adhesión a Bolívar se encontraban asociados al principio del orden y las jerarquías que debían guardarse en el interior de los ejércitos. En 1818 marchó a Angostura, donde Bolívar había instalado su cuartel general.

Simón Bolívar comenzaba entonces a hacer realidad su sueño político: formar una gran federación, al estilo de la estadounidense, con las colonias liberadas del dominio español. A la liberación de Venezuela, consolidada en 1819, se añadió ese mismo año la del virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia) tras el triunfo de Bolívar en la batalla de Boyacá. En el Congreso en Angostura (1819) se materializó el nacimiento de la República de la «Gran Colombia», constituida por Venezuela y Colombia y presidida por el mismo Bolívar, a la que pronto se incorporarían Panamá y Ecuador.

En Angostura, Antonio José de Sucre se convirtió en uno de los mejores lugartenientes de Bolívar y se ganó la amistad y el respeto del Libertador, quien destacó siempre sus dotes militares y su elevado sentido de la moralidad. Desde ese momento, la lealtad hacia Bolívar y su compromiso con la Gran Colombia sería inconmovible. Sucre fue enviado a las Antillas con la misión de obtener armas para el ejército; más tarde pasó al estado mayor de Bolívar y fue designado integrante de la comisión que firmó el armisticio y la regulación de la guerra en Santa Ana de Trujillo (noviembre de 1820) con el general Pablo Morillo, por el que se pretendía evitar al máximo los efectos de la guerra sobre la población civil.

La liberación de Ecuador

En 1821 le fue confiada la dirección de la campaña del Sur, que tenía como objetivo liberar los territorios correspondientes a la Real Audiencia de Quito y promover su adhesión a la Gran Colombia. Esta conquista era de vital importancia para la nueva nación, pues debía asegurar su hegemonía. La misión de Sucre no fue fácil, en vista de la diversidad de intereses implicados en aquella guerra. Las provincias de Quito y Guayaquil se habían alzado en armas en contra del gobierno español; pero, si bien todos estaban de acuerdo con la independencia, no todos estaban a favor de la integración en la Gran Colombia; algunos pugnaban por la unión con Perú, en vista de las relaciones comerciales, y otros preferían la independencia absoluta.

Guayaquil era una de las principales adversarias a la adhesión, pero necesitaba el apoyo del Ejército Libertador. Sucre llegó con tropas en su ayuda, y la tregua firmada con los españoles le permitiría formar un ejército digno para la contienda; simultáneamente, pactó con los guayaquileños acerca de cómo debía ser llevada a cabo la conformación y manutención del llamado Ejército del Sur. Mientras durara el armisticio, el ejército se nutriría de recursos humanos y económicos procedentes de Colombia, pero estaba claro que, conforme se fueran reclutando hombres de la región, comenzaría a depender de los recursos locales.

El éxito acompañó a Sucre desde las primeras operaciones militares; obtuvo un gran triunfo en Yaguachi (mayo de 1821), y, tras sufrir un único revés en Huachi, la campaña del Sur concluyó con la batalla de Pichincha (24 de mayo de 1822), en la que cayó abatido el ejército realista. Pocas horas después, Melchor de Aymerich, presidente de la Real Audiencia de Quito, firmó la capitulación. Con esta victoria de Sucre se consolidó la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de Ecuador (que quedó incorporado a la Gran Colombia) y quedó el camino expedito para la liberación de Perú, tras la renuncia de José de San Martín.

La campaña de Perú

En una gran gesta que incluyó la travesía de los Andes con sus tropas, José de San Martín había liberado Chile en 1817. Desde allí transportó por mar un ejército de 4.500 hombres a Perú en 1820; en 1821 proclamó solemnemente la independencia de Perú, pese a que las fuerzas realistas controlaban buena parte del territorio. Cuando en julio de 1822 tuvo lugar la célebre entrevista entre Simón Bolívar y José de San Martín, la posición de este último se hallaba sensiblemente debilitada por las disensiones internas y el hostigamiento de los realistas; desalentado y en desacuerdo con el ideario político de Bolívar, San Martín optó por retirarse y dejar en manos de Bolívar el destino de Perú.

Al igual que San Martín, Bolívar comprendía que Perú, en tanto que centro neurálgico del poder español, era el principal obstáculo para la emancipación del continente; era preciso neutralizar este territorio para salvaguardar la independencia de la Gran Colombia. En 1823 envió a Sucre a Lima para iniciar los preparativos de la campaña de Perú. En febrero de 1824 Bolívar tomó bajo su mando todos los poderes en el país y se hizo cargo de las operaciones militares.

Antonio José de Sucre acompañó a Bolívar en la victoriosa batalla de Junín (6 de agosto de 1824) y, al frente del ejército patriota en ausencia de Bolívar, venció al virrey José de La Serna en Ayacucho (9 de diciembre de 1824), batalla en la que brillaron singularmente la extraordinarias dotes de estratega de Sucre. Considerada la más importante de la guerra de emancipación de Sudamérica, la batalla de Ayacucho significó la definitiva liberación de Perú y el fin del dominio español en el continente. El Parlamento peruano nombró a Sucre general en jefe de los ejércitos y, con toda justicia, le otorgó el título de Gran Mariscal de Ayacucho como reconocimiento a su labor.

La república de Bolivia

Durante los primeros meses de 1825, al frente del ejército, Sucre liberó el Alto Perú (la actual Bolivia) y convocó una asamblea constituyente para que a través de la consulta pública se decidieran los destinos del territorio. En ella se presentaron tres tendencias claramente delimitadas: una a favor de la anexión al Río de La Plata, otra a favor de la anexión a Perú, y la tercera a favor de la independencia. La propuesta triunfadora resultó ser la tercera; la asamblea promulgó la independencia (6 de agosto de 1825) y nombró a Sucre presidente vitalicio. Siempre fiel a Bolívar, Sucre encargó al Libertador que redactase una Constitución para la nueva nación: la república de Bolivia.

El mandato presidencial de Sucre fue un empeño de modernización social cuyos ideales igualitarios toparon con la jerarquizada sociedad boliviana. Entre otros asuntos, se preocupó por la organización de la Hacienda Pública, promovió la libertad de los esclavos, distribuyó tierras entre los indios y dio un impulso decisivo a la educación, creando colegios superiores y escuelas primarias en todos los departamentos del país.

Sucre tuvo que abandonar la presidencia a causa de la presión de los peruanos opuestos a la independencia boliviana: las sucesivas revueltas culminaron en el motín de Chuquisaca (18 de abril de 1828), promovido por el batallón de Granaderos del cuartel de San Francisco. Sucre fue herido en su brazo derecho, lo cual le impedía ejercer las funciones de gobierno, y encargó al general José María Pérez de Urdininea que le sustituyese.

La evaluación que haría Sucre de sus años de presidencia sitúa las causas de su fracaso político en factores asociados a la pugna por el poder, la ignorancia y la descomposición del propio sistema societario; en una carta previa a su renuncia había explicado a Bolívar que la debilidad de los edificios políticos que estaban construyendo radicaba en "el mal de sus bases". La sensación de frustración e incluso cierta repugnancia hacia la vida pública llevaría a Sucre a manifestar su deseo de retirarse, y con este objeto partió a Ecuador. Lo esperaban sin embargo nuevas batallas, nuevas misiones de negociación, y la propia muerte.

El fin de la Gran Colombia

En Quito, la noticia del atentado contra Bolívar en Colombia, en septiembre de 1828, irrumpió en la naciente vida conyugal de Sucre, que había contraído matrimonio con Mariana Carcelén, marquesa de Solanda, y le condujo a desdecirse de su decisión de retirarse a la vida privada. La fallida Conspiración Septembrina preludiaba el fin de la Gran Colombia; Sucre lo sabía pero se animó a luchar hasta el final. Por eso, al pronunciarse en torno a aquella tentativa de magnicidio, apoyó a Bolívar en su decisión de haberse declarado dictador de Colombia: el orden debía prevalecer ante todo.

Casi simultáneamente, Perú declaró la guerra a Colombia y Sucre fue designado para dirigir el batallón que haría frente a la situación. Esta vez tendría que luchar en contra de sus antiguos aliados de la guerra emancipadora. Sin mayores dificultades, sin embargo, venció a los peruanos en la batalla de Tarquí (27 de febrero de 1829), que llevó a la firma del tratado de Piura. Decidió entonces volver a su retiro y regresó al lado de su esposa; juntos se instalaron en la hacienda de Chishince, en Quito.

A principios de 1830, inmersa ya en un proceso de desintegración, la Gran Colombia convocó en Bogotá el que sería su último congreso. Requerida su presencia, Sucre acudió como representante de la provincia de Cumaná y fue nombrado presidente del evento. Las propuestas de Sucre se orientaron al diálogo y la concertación con los departamentos que todavía conformaban la República. Como parte de la estrategia, Sucre encabezaba la comisión que iría a Venezuela (que para la fecha había entregado el poder a José Antonio Páez y desconocía la autoridad de Bolívar) para negociar la reversión de esa decisión.

Sucre viajó a Venezuela, pero fue detenido en Cúcuta por las autoridades; debía permanecer en esa ciudad hasta que llegaran los emisarios del gobierno con quienes debía dialogar. Sucre les propuso, además de acogerse a la Constitución colombiana, que ningún general o ex general del Ejército Libertador pudiera ejercer cargos de presidente en los departamentos; en el trasfondo, su intención era contradecir el rumor de que él o Bolívar estuvieran aspirando al cargo.

La negociación fracasó, y Sucre, después de regresar a Bogotá e informar al congreso del resultado de sus gestiones, abandonó Colombia invadido por una profunda frustración. Ya tan sólo animado por el reencuentro con su esposa y con su primogénita, emprendió el regreso a Quito. Y en el camino de vuelta, en la sierra de Berruecos (al suroeste de la actual Colombia), fue asesinado en una emboscada, al parecer ordenada por José María Obando, jefe militar de la provincia de Pasto. Como autores materiales fueron señalados José Erazo y Apolinar Morillo, quien diez años más tarde fue apresado y fusilado por esta causa.

El Día Mundial de los Humedales

02/02/20


El Día Mundial de los Humedales se celebra el 2 de febrero de cada año. Fue decretado en el año 1997 y la fecha fue elegida en conmemoración a la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, que se celebró el 2 de febrero de 1971 en Ramsar, Irán.

España se adhirió a este convenio en 1982, y más de medio centenar de humedales españoles se incluyen dentro de este convenio, entre ellos el Parque de Doñana, las Tablas de Daimiel, el Delta del Ebro y otros.

26 años después de la firma de este convenio se celebró por primera vez el Día Mundial de los Humedales, en 1997.

¿Qué son los humedales?
Los humedales son extensiones de tierra, que tienen la particularidad de estar inundadas de forma permanente. En esta categoría están los pantanos, turberas, marismas, arrecifes de coral, manglares, los lagos, los ríos, etc. Son ecosistemas híbridos que pueden ser de agua dulce o salada y los llamados humedales artificiales como por ejemplo los embalses, las salinas o los estanques.

Su importancia es fundamental para la vida en todo el planeta gracias a que son ecosistemas, donde viven un gran número de especies animales y vegetales, y que se encargan de regular el ciclo del agua y el clima, creando de esta manera un equilibrio perfecto. Además, aportan al hombre recursos indispensables para disfrutar de una mejor calidad de vida.

Sin embargo, hoy podemos ver con preocupación cómo los humedales corren el riesgo de desaparecer ya que se están degradando de manera vertiginosa. Se calcula que en los últimos 35 años han desaparecido más del 50% de los humedales en todo el mundo.

Biodiversidad de los humedales ¿Por qué son importantes?
En líneas generales, los humedales son reservorios que albergan vida, y que contribuyen a crear un perfecto equilibrio en los distintos ecosistemas del planeta. Así que, de su perfecto funcionamiento, dependerá que:

El 40% de los vegetales y animales que existen en todo el planeta sigan con vida.
Más de mil millones de personas en todo el planeta puedan seguir viviendo de los humedales.
En las turberas se encuentran concentradas el 30% del carbono que existe en toda la Tierra.
Los humedales se encargan de eliminar los contaminantes y esto permite disfrutar de un agua limpia.
Los humedales son grandes reservorios de agua.
Los manglares y arrecifes de los humedales se encargan de proteger a los seres humanos contra los desastres naturales como las inundaciones y sequías.
Son espacios que ayudan a crear condiciones para que exista la vida.
Son lugares ideales para realizar actividades recreativas e incrementa el turismo.

¿Cómo podemos preservar los humedales?
Sí te interesa el bienestar de nuestro planeta y el que dejarás a las futuras generaciones, entonces es importante que, a partir de hoy, tomes conciencia de la importancia que tienen para la supervivencia del hombre, la preservación y cuidado de los humedales.

Tenemos que hacer de nuestra casa, la Tierra, un lugar que sea verdaderamente sostenible y eso sólo lo lograremos, valorando y protegiendo cada día el único lugar habitable, que por ahora tiene la raza humana. Ahora es el momento y no mañana, por ello, sería interesante que cada persona se cuestionara ¿Qué deberíamos hacer para proteger los humedales?

Algunas sencillas y prácticas medidas que de forma individual o colectiva se pueden llevar a cabo son las siguientes:

Cuando se visiten estos lugares, evita arrojar basura o desechos tóxicos. Lo más recomendable es depositarlos en los lugares destinados para tal fin.
Ser respetuosos con las distintas especies vegetales y animales que habitan los humedales. Actividades como la caza y la pesca tienen un impacto negativo en el equilibrio de estos ecosistemas. ¿Sabías que anualmente mueren miles de especies en todo el planeta?
Ver los humedales como lugares exóticos y mágicos, en los cuales el hombre puede reencontrarse con la naturaleza de una manera sana, amigable y generosa.
Aunque son lugares usados para la práctica del turismo, es importante tener presente que su función es brindar recreación pasiva, sin que haya alteración o perjuicio de estos ecosistemas.
Asumir la responsabilidad de cuidar y preservar los humedales, así como denunciar las irregularidades o daños a los cuales puedan ser sometidos en un momento determinado.
Entender que las pequeñas acciones o pasos que demos hoy en pro del cuidado, protección y salvación de los humedales, será la diferencia del mañana, donde podamos dejarles a nuestros hijos un planeta mejor.
Humedales para la disminución de desastres en todo el mundo
Los humedales son ecosistemas que sirven para el sustento alimenticio y proveer de agua dulce a millones de personas en todo el planeta, además de ayudar a controlar los efectos del cambio climático que tanto preocupa a los científicos y la población en general.

Actualmente la Convención Ramsar ha nombrado más de 2.300 humedales en todo el globo, que están protegidos ya que no solo representan una barrera para frenar los efectos meteorológicos y el daño climático, sino que también son considerados un patrimonio de incalculable valor para toda la humanidad.

Día de la Virgen de la Candelaria

02/02/20


El 2 de febrero se celebra en el mundo entero el Día de la Virgen de La Candelaria, patrona de las Islas Canaria pero venerada en Venezuela. Tanto es así que existen varios poblaciones en el interior del país que llevan su nombre y hay en la ciudad de Caracas una parroquia de mucha importancia que lleva su nombre.

Virgen de La Candelaria en Venezuela
Sin embargo es el estado Mérida es el lugar donde tiene mayor relevancia su presencia, pero realmente su figura esbelta y hermosa es venerada en toda Venezuela que celebra este día con gran devoción y alegría.

Su culto a nivel mundial es de gran significación ya que entrelazan la fe cristiana con cultos paganos que se originan en las Islas Canarias donde nace su real historia.

La virgen de La Candelaria es una advocación de la virgen María. Por haber sido las Islas Canarias escala para los que viajaban a América, muchas de sus costumbres fueron exportadas a nuestro continente teniendo claro que la devoción a la virgen de la Candelaria llego por vía de los canarios a Venezuela.

Algo que hoy nos llena de honor y gloria el tenerla como huésped en nuestra patria a tan hermosa señora, con la claridad que desde su llegada forma parte de nuestras tradiciones y usanzas y es nuestra madre espiritual.

Devoción en La Parroquia, población del Estado Mérida
La Parroquia tiene como su patrono a Santiago Apóstol, lo cual no ha impedido que la presencia de la virgen de La Candelaria haya adquirido prestancia en la fe y el amor de sus pobladores.

La historia de la aparición de la Virgen, es un relato que pasa a través de la tradición oral, de todos los que participan de la festividad y todos los que han vivido en este sector durante mucho tiempo.

Relata la aparición de una tablita, en el jardín de una señora que haciendo sus quehaceres domésticos, se la encontró y la llevó a su casa para guardarla, no le había dado mucha importancia, sin embargo, al día siguiente vuelve a encontrarla en el mismo lugar del día anterior.

La tablita seguía apareciendo
La guarda nuevamente, pero la tablita seguía apareciendo, un día se la llevó al cura de la parroquia, pero éste no le dió la importancia y para hacer feliz a la señora se la quedó, pero cuando la señora barrió al otro día, la tablita estaba donde siempre.

Pasado el tiempo el cura le manda hacer una capilla a la virgen en el lugar donde se apareció y a raíz de eso cada dos y tres de febrero se realiza su fiesta en conmemoración a su aparición.

Primero, se cumple la promesa de la señora que encontró la imagen en construirle un santuario y segundo se establece el sistema de participación del creyente o servidor de la Virgen en una especie de unión colectiva para que, en la fecha señalada, se realizaran actos religiosos en conmemoración a esta aparición.

2 de febrero
Es tan respetado el día 2 de febrero que fue designado como fecha que marca el inicio de las fiestas patronales de tan encantadora población merideña y en ella podemos apreciar una serie de actividad que se organizan para celebrar por todo lo acto tan importante fecha.

Dentro de esas actividades se destacan las danzas de Los Vasallos de La Candelaria, que permiten afirmar, por su virtuosidad y por su gran sentido místico y religioso como una de las fiestas populares de mayor importancia y relevancia en Mérida, convirtiéndose en un punto de referencia entre las actividades de fiestas patronales del país.

Culto a la virgen de La Candelaria
Aquí podemos apreciar claramente el culto a la virgen de La Candelaria representado, por la llama que emanan las velas y que representan la culminación del ciclo católico de purificación que se inicio el 24 de diciembre, dejando claro la concordancia existente entre determinados elementos indígenas y la celebración de tan significativo acto de fe religiosa los cuales pueden ser reconocidos en los bailes en hileras realizados al sonido de las maracas y los coloridos de los atavíos, bailes que marcan la iniciación de el ciclo agrícola en donde se cultivará el maíz.

Vemos en los vestuarios que usan sus bailarines, de mucho colorido, que se podría decir que semejan a las barajas españolas: blusones de tafetán, borlas y aplicaciones deslumbrantes, capas marcadas con muchos festones, sobreros de ala ancha con plumas y medias largas. Las danzas se inician desde muy temprano y la realizarán pobladores de la zona y gente venida de afuera con el fin de pagar promesas.

Promeseros de la Virgen de la Candelaria
La expectativa crece cuando los promeseros hacen acto de presencia en la capilla del pueblo a buscar a la virgen la cual será llevada a la Plaza Bolívar, siendo este el momento preciso para comprar velas de sebo de color amarillo las cuales serán bendecidas en la santa misa que oficiara el padre de la parroquia o alguna de las autoridades eclesiásticas de Mérida o del país invitada especialmente para tan acogedor momento de encontrarse con Dios.

Según la tradición las velas de La Candelaria se conocen también como las velas del alma y son usadas para ayudar a bien morir a todos aquellos que se encuentran en peligro de muerte, concluida la misa la virgen será sacada en procesión por los vasallos.

El capitán de la cuadrilla comenzará a realizar las peticiones que le han de ser hecha a la santísima virgen. En su segunda etapa se escuchará la música y los vasallos iniciarán los bailes que concluirán después del mediodía.

El entierro del Gallo
Siguiendo con la tradición, los vasallos danzarán, al día siguiente, y lo harán con un baile llamado “El entierro del Gallo”, basado en raíces africanas, algo que no debe extrañarnos ya que en las cercanías de La Parroquia se encontraba un trapiche en donde habían esclavos de origen africanos.

El baile consiste en una especie de ritual donde es puesto un gallo vivo en una caja o canasta que será sacrificado. Al gallo se le tapan los ojos y uno de los vasallos, quien ha de tener un azote en sus manos que servirá para azotar a los vasallos poseídos por el espíritu del gallo.

Los vasallos danzaran en círculos en forma delirante saltando de un lugar a otro siendo perseguidos por el que tiene el azote que comienza a golpear a los vasallos por las piernas, terminado la danza cuando uno de los vasallos, simulando caer en trance, cae desmayado.

Cada día es mayor, en nuestro país, la devoción a la santísima virgen de La Candelaria, lo cual nos lleva a pensar que la fe de nuestro pueblo jamás morirá y mucho menos cuando tenemos la presencia de la madre de Jesús en nuestras oraciones y devoción.

Novena de la Virgen de la Candelaria
Oración preparatoria

Querida Virgen de la Candelaria: nos reunimos junto a ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, Madre nuestra. Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas. Que nos parezcamos a ti cada día más, para agradar al Señor como tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria. Amén.

Letanías

Oración del día
Ahora pedimos a nuestra Virgen de la Candelaria la gracia de esta (1ª, 2ª,…) noche de la novena.

Diálogo.

— Oh, Virgen de la Candelaria, más que todas las criaturas bienaventurada: te rogamos que hoy tu alma esté con nosotros para tributar nuestra adoración a Dios.
Pueblo: “Dios te salve, María”.

— Exalta, tierra entera, a nuestra amadísima Señora.
Pueblo: “Dios te salve, María”.

— Apiádate, Señora, porque de cuantos en ti confían, tú eres el puerto de salvación.
Pueblo: “Dios te salve, María”.

— Líbranos, Señora, de todos los peligros, sobre todo de los temporales de viento y granizo y de la condenación eterna.
Pueblo: “Dios te salve, María”.

— Oh, María, nuestra esperanza nuestro amparo y nuestro auxilio, muéstranos el camino a Jesús.
Pueblo: “Dios te salve, María”.

Oraciones de cada día
Día primero
Virgen Inmaculada de la Candelaria: tú que siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, aunque debamos humillarnos para reconocer nuestros pecados en la confesión. Amén.
Día segundo
Virgen Inmaculada de Candelaria, que estando llena de santidad te has presentado lo mismo al templo para cumplir con la Ley de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, lleguemos a querer nuestro templo y considerarlo cada día más como lugar de nuestro acercamiento a Dios. Amén.
Día tercero
Virgen Inmaculada de Candelaria: tú que no dudaste de poner a tu hijo Jesús en las manos de Simeón, sabiendo como rogaba en el templo por la gracia de ver al Redentor: haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así tú puedas entregarlo a Dios. Así sea.
Día cuarto
Virgen Inmaculada de la Candelaria: Tu que al presentar a tu hijo Jesús en el templo oíste el anuncio de tus dolores y lo aceptaste como la voluntad de Dios, haz, que no seamos nosotros aquella espada y nuestra maldad la causa de tus dolores. Así sea.
Día quinto
Virgen Inmaculada de Candelaria: Tú que ni al presentarte en el templo ni nunca después pregonaste tu condición de Madre de Dios para demostrar la importancia y valor de la humildad, haz que deje de importarnos el sempiterno figurar y a ejemplo tuyo crezca en nosotros el aprecio de la humildad. Así sea.
Día sexto
Oh Virgen Santísima de la Candelaria: te suplicamos que nos alcances de tu hijo amado Nuestro Señor Jesucristo la gracia de imitar tus virtudes, cumplir los mandamientos y tener horror al pecado mortal. Así un día gozaremos eternamente contigo en el cielo. Así sea.
Día séptimo
Santísima Virgen de la Candelaria: conscientes de nuestras debilidades acudimos a ti, para que nos alcances la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de poder llevar una vida digna de nuestra vocación cristiana, imitar tus virtudes y conseguir así el premio de la vida eterna. Así sea.
Día octavo
Virgen Inmaculada de la Candelaria: por tu pureza virginal, tu inmaculada concepción y tu prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado hijo, la humildad, la serenidad, la pureza del corazón, de cuerpo y de espíritu, la santa perseverancia en el bien, el don de la oración, una santa vida y gloriosa eternidad. Así sea.
Día noveno
Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, concientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno.
Así sea
Oración Final
Te damos gracias, Madre y Señora nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

Santísima Virgen de la Candelaria.
Ruega por nosotros. (3 veces)

domingo, 2 de febrero de 2020

Nace Ceclio Acosta

01/02/2020



(San Diego de los Altos, 1818 - Caracas, 1881) Escritor y jurista venezolano. Catedrático de legislación y de economía de la Universidad Central, entre sus obras destacan Cosas sabidas y cosas por saberse (1856) e Influencia del elemento histórico-político en la literatura dramática y en la novela (1887). Sus obras completas fueron editadas en 1908-1909, con prólogo de José Martí.

Cecilio Acosta fue uno de los nombres centrales de la cultura de su país, sin que pueda afirmarse que de su pluma haya salido una obra maestra. Figura señera y ponderada de moderno enciclopedista preocupado por el estilo y la exactitud del detalle, cabe en un ambiente académico, pero con espíritu renovador, como vemos por sus propias palabras: "Las necesidades sociales triunfan, en este caso, de las previsiones académicas".

Universitario y político liberal, Cecilio Acosta fue adversario intelectual de Antonio Guzmán Blanco; sus Obras completas, publicadas entre 1908 y 1909, aparecieron prologadas por José Martí, que había hecho el elogio de su personalidad en un estudio biográfico de singular interés. Su producción como poeta se encuentra en el Parnaso venezolano; su calidad de sociólogo la advertiremos en sus Estudios sobre sociología venezolana, pero, en realidad, vale más desde este punto de vista su breve y sugestivo libro titulado Cosas sabidas y cosas por saberse.

Acosta muestra un indudable espíritu crítico en su tratado Influencias del elemento histórico-político en la literatura dramática y en la novela y en sus Consideraciones generales sobre la poesía. Escribió también ensayos políticos, económicos, lingüísticos y de derecho internacional, y fue sin duda el emblema de los valores e inquietudes de un país en formación y crecimiento.

Nace Ezequiel Zamora

01/02/2020


Cúa, Miranda, 1817 - San Carlos, Cojedes, 1860) Militar y político venezolano. Bajo el liderazgo del presidente José Antonio Páez, que dominaría la escena política hasta 1847, la nueva República venezolana surgida de la desmembración en 1830 de la «Gran Colombia» de Bolívar tomó una orientación netamente conservadora.

Pero ya desde principios de los años 40, de la mano de ideólogos como Antonio Leocadio Guzmán y medios de difusión como El Venezolano, la oposición liberal hizo oír su voz y sus críticas hacia aquel régimen pseudodemocrático que, no sin fundamento, juzgaban tan injusto como el de los tiempos de la colonia. En este contexto de constantes confrontaciones entre liberales y conservadores se sitúa la figura de Ezequiel Zamora, uno de los más activos representantes de liberalismo decimonónico.

Biografía

Miembro de una familia de modestos agricultores, su padre, Alejandro Zamora, había muerto cuando Ezequiel tenía cuatro años, y ello motivó a su madre, Paula Correa, a trasladarse con sus hijos a Caracas en busca de mejores condiciones de vida. Procedían de Cúa, población de los Valles del Tuy en la que nació Ezequiel Zamora el 1 de febrero de 1817.

La condición de «blancos de la orilla» de la familia Zamora (blancos nacidos en el país, pero no pertenecientes a la aristocracia criolla) no garantizaba el bienestar que habían ido a buscar en la ciudad. Cierto es que el joven Ezequiel asistió a la escuela de primeras letras en Caracas, dirigida por Vicente Méndez, pero no tardó mucho en abandonarla para ayudar a su madre y ponerse al frente de su familia.

Ezequiel Zamora se estableció en Villa de Cura, en el Estado de Aragua, donde abrió una tienda de víveres; pronto amplió su negocio con el comercio ganadero y agrícola en las poblaciones vecinas de los Estados de Guárico y de Apure. La adscripción de Ezequiel Zamora al Partido Liberal de Villa de Cura ocurrió a propósito de los comicios presidenciales de 1846. Su intención y la de sus allegados era postular la candidatura de Zamora como elector para el cantón de esa localidad. Estaba claro que ya para la fecha Ezequiel Zamora se había convertido en persona reconocida por los miembros de la comunidad, campesinos en su mayoría, y se había contagiado de las ideas liberales que habían ido propagándose por Europa y América desde la Revolución Francesa.

El Partido Liberal se presentaba entonces, bajo su carácter policlasista, como única alternativa para promover un cambio en una estructura social que, con pequeñas variaciones, seguía conservando el esquema colonial. Zamora tenía todas las condiciones del líder popular; no le faltaban la bravura, la constancia y la firmeza de convicciones, y sobresalía además por sus conocimientos de la doctrina liberal, buena parte de ellos obtenidos de los artículos publicados en El Venezolano por Antonio Leocadio Guzmán, líder del Partido Liberal a quien Zamora idolatraba sin medida; de las pláticas con su cuñado Juan Caspers, quien le puso al tanto de la situación política en Venezuela y Europa, y de la instrucción informal proporcionada por su amigo José Manuel García, abogado de quien recibió nociones básicas de filosofía moderna y derecho romano, de los fundamentos del principio de igualdad y de la necesidad de implantar estos últimos en Venezuela.

El levantamiento de Guambra

A pesar de cumplir con todos los requisitos formales estipulados en la legislación sobre el voto censitario, la candidatura de Ezequiel Zamora como elector para los comicios que habían de celebrarse a finales de 1846 fue ilegítimamente truncada por representantes del Partido Conservador. Gobernaba por entonces el conservador Carlos Soublette (1843-1847), aupado a la presidencia por el todopoderoso José Antonio Páez, artífice de la separación de Venezuela de la «Gran Colombia» (1830) y de la configuración conservadora de la República venezolana, cuyos destinos rigió dentro y fuera de sus mandatos presidenciales (1831-1835 y 1839-1843).

La tensión entre liberales y conservadores se agudizaba, mientras el proceso electoral seguía su indebido curso. Antonio Leocadio Guzmán había sido llamado a comparecer por la responsabilidad de cierta propaganda "subversiva", y la ilegalización del Partido Liberal parecía a punto de producirse. Ante tal estado de cosas, el 7 de septiembre de 1846 Ezequiel Zamora encabezó un levantamiento en la localidad de Guambra; bajo la consigna de «tierra y hombres libres», el movimiento reclamó el respeto al campesino, la justa distribución de la riqueza y la expulsión de los «godos» (los afectos al régimen conservador) de los puestos de poder. Al mando de un ejército campesino, el «General del Pueblo Soberano», como fue llamado entonces Zamora, libró varios combates victoriosos en las poblaciones de Los Bagres y Los Leones, pero fue detenido por las fuerzas del Gobierno (comandadas por José Antonio Páez) y condenado a muerte por las autoridades judiciales de Villa de Cura.

Visto el alcance de la reacción liberal, José Antonio Páez creyó oportuno apoyar la candidatura de una figura de talante moderado, José Tadeo Monagas, con el fin de apaciguar a los opositores. Instalado en enero de 1847 en la presidencia con el apoyo de los conservadores, José Tadeo Monagas decidió conmutar la pena de muerte de Ezequiel Zamora por la de diez años de prisión (al igual que hizo con Antonio Leocadio Guzmán, a quien le fue conmutada por el exilio). Aunque orientada a ganar la simpatía del bando liberal, tal «clemencia» política difícilmente podía tener algún efecto, y menos en Ezequiel Zamora, que logró fugarse de la prisión en otoño de 1847, un año después de su encarcelamiento.

El «Monagato»

Al año siguiente, el llamado «fusilamiento del congreso» dio un giro a la situación: el 24 de enero de 1848, cuando se estaba debatiendo un posible enjuiciamiento del presidente por presuntos delitos de corrupción, un grupo de hombres armados enviados por Monagas irrumpió en el congreso y disolvió por la fuerza la asamblea, causando la muerte de varios diputados. José Tadeo Monagas rompía así definitivamente su alianza con los conservadores y se iniciaba el «Monagato» (1848-1858), década en que los hermanos José Tadeo y José Gregorio Monagas se alternaron en el poder.

A raíz de tal ruptura, Ezequiel Zamora, que se encontraba escondido en los valles de Aragua, decidió ofrecer sus servicios al gobierno; Monagas le encomendó la formación de un batallón en Villa de Cura. Entre ese año y 1849, Zamora libraría campañas contra los alzamientos paecistas que no dejaban de sucederse en todo el país y, de esta forma, alcanzaría rangos importantes en la escala militar. Ya en 1851 fue nombrado coronel, y en 1854, general de brigada. Compartía milicias e ideales con el general Juan Crisóstomo Falcón, otro de los líderes populares del Partido Liberal que, por azares de las circunstancias, llegaría a ser presidente de la República en el futuro, y a través de esta relación conoció a su hermana, Estefanía Falcón, con la que se casó en 1856, tres años antes del inicio de la Guerra Federal, también conocida como Guerra Larga o Guerra de los Cinco Años.

A finales de la década de 1850, la situación era otra vez insostenible. La economía se encontraba en franca debacle y el campesinado seguía luchando por la tenencia de las tierras; los esclavos recientemente liberados deambulaban por el país o se sometían a sus antiguos dueños por no encontrar medios para su subsistencia. El estatus colonial, desde el punto de vista de su estructura económica, había sido reeditado una vez más: los hermanos Monagas habían conformado una suerte de nueva oligarquía basada en sus allegados de Oriente, a la cual la historia ha denominado «oligarquía liberal».

Insatisfechos por la gestión de José Tadeo y José Gregorio Monagas, que no había conducido sino a la construcción de la autocracia del «Monagato», los intereses de aquellos liberales marginados del poder y de los conservadores confluyeron en la alianza que, bajo el lema "Unión de los venezolanos y olvido de lo pasado", promovió la llamada Revolución de Marzo (1858), pronunciamiento militar que derrocó a Monagas y elevó al general Julián Castro a la presidencia de Venezuela (1858-1859).

La Guerra Federal

La nueva coalición de gobierno convocó un congreso constituyente con el mandato de redactar una nueva Constitución para la nación. Dentro de las nuevas configuraciones del poder, un decreto presidencial de Julián Castro, firmado el 7 de junio de 1858, defenestró del país a destacadas personalidades: Ezequiel Zamora y otros líderes liberales como Antonio Leocadio Guzmán, Juan Crisóstomo Falcón, Wenceslao Casado, José Gabriel Ochoa y Fabricio Conde hubieron de exiliarse en la isla de Curazao. La sanción de una Constitución de corte centralista y conservador fue el detonante de la Guerra Federal (1859-1863), que inútilmente mancharía de sangre a la nación.

Ajenos a los encuentros y desencuentros entre las cúpulas de los partidos, el campesinado, los libres manumisos y los pequeños comerciantes continuaban luchando, como lo habían hecho siempre, por las reivindicaciones que nunca habían visto satisfechas; alzados contra toda fuerza o bloque al que lograran atribuir la responsabilidad de su penoso nivel de vida, eran la continuación de quienes alguna vez habían jurado fidelidad a Fernando VII, a Bolívar o a Páez y apoyado toda causa que prometiese tierras y mejores condiciones de vida. Estas clases desfavorecidas encontrarían en el federalismo una nueva bandera: la construcción de una República federal, según palabras de Zamora, no solo remediaría sino que también imposibilitaría el periódico retorno de los males que aquejaban a la patria.

El 20 de febrero de 1859, en la ciudad de Coro, un grupo de jóvenes comandado por Tirso Salaverría se alzó en contra de la Constitución y tomó el cuartel de Coro; era el inicio de la Guerra Federal. Siguió a ello la inmediata irrupción de Ezequiel Zamora, que desembarcó en la Vela de Coro el 23 de febrero de 1859. Se dice que fue él quien promovió éstas y otras revueltas que se sucedieron simultáneamente en el país, armado desde Curazao y con un eficiente sistema de comunicación que le brindaron algunos marineros ganados para la causa. Después de haber sido nombrado jefe de operaciones del Ejército Federal de Occidente, arengó a la ciudadanía el 25 de febrero de ese año.

El planteamiento de Zamora era avanzar por los territorios del Occidente del país promoviendo a la vez la fundación en los mismos de los nuevos Estados que habrían de integrase en una República federal. Una vez lograda la misión en Coro, donde se proclamó además un gobierno provisional para Venezuela, se trasladó hacia los Llanos y en el camino triunfó en el encuentro de El Palito, el 23 de marzo de 1859. Luego tomó la ciudad de San Felipe (28 de marzo) y reorganizó la provincia como entidad federal con el nombre de Estado de Yaracuy.

En marcha triunfal se dirigió hacia el centro del país atravesando Barinas (donde recibió el 14 de junio el título de «Valiente ciudadano») y Portuguesa. La batalla de Santa Inés (10 de diciembre de 1859), una de las más importantes de la Guerra Federal, fue el paso de mayor relevancia en el recorrido de Zamora; en ella venció al ejército centralista, y es considerada, por lo demás, una de las pocas verdaderas batallas de dicha guerra. Su intención era llegar hasta Caracas, pero en el camino resolvió intentar la toma de la ciudad de San Carlos (enero de 1860). Acampado cerca de la ciudad, mientras hacía una vuelta de reconocimiento junto al joven líder Antonio Guzmán Blanco, un disparo en la cabeza acabó con su vida.

Explicado con hipótesis dispares, que inculparían tanto a propios como a ajenos, su final refleja la singular naturaleza del líder Ezequiel Zamora. La desaparición del sagaz dirigente dejaría al mando de los ejércitos federales al "presidente en campaña", Juan Crisóstomo Falcón, con quien Zamora compartía el liderazgo de la Federación. Antes de ser asesinado, Ezequiel Zamora había conseguido agrupar el descontento en torno a una bandera en la que creía; hizo de las revueltas una revolución, logro que nadie repetiría después de su muerte. Tras la derrota de Juan Crisóstomo Falcón en la batalla de Coplé (17 de febrero de 1860), la Guerra Federal se convirtió en un enfrentamiento sangriento, simultáneo y desarticulado; a la postre, los vencedores desconocieron los ideales de Zamora y continuaron erigiendo gobiernos orientados hacia la exclusión social.