jueves, 30 de enero de 2020

La Cruz Roja Venezolana

30/01/2020


En el libro Origen y desarrollo de la Cruz Roja Venezolana del distinguido historiador Aureo Yépez Castillo (1), publicado en 1995 en el marco de la conmemoración de los cien años de la fundación de esta institución en Venezuela, aparecen rigurosa e impecablemente investigados y registrados los detalles históricos que dan fe del esfuerzo y preocupación con la cual aquellos ciudadanos ilustres lograron su objetivo en 1895.

Disponemos de esta obra gracias a la iniciativa del Dr. Mario Villarroel Lander, Presidente actual de la Cruz Roja Venezolana.

Necesario es recordar que la fundación de la Cruz Roja como Institución se debe al suizo Henri Dunant, nacido en 1828 y proveniente de una familia pudiente y aristocrática pero que desde temprano inculcó en el pequeño Henri el sentido de la caridad al visitar cárceles y asilos con obsequios para presos y ancianos. Ya desde joven se dedicó al mundo de las finanzas como modo de vida, dió un giro completo a su existencia, luego de haber presenciado en primera fila los horrores de la guerra. En 1859 Italia luchaba por liberarse del imperio austríaco con la ayuda de los ejércitos franceses de Napoleón III. Dunant para entonces viajó por negocios hasta Lombardía a entrevistarse con Napoleón III para solicitarle unas concesiones sobre saltos de agua para su empresa de molinos, pero no logró su objetivo y en cambio se impresionó grandemente con la visión de muerte y sufrimiento humano que observó sobre el campo de batalla de Solferino. A tal punto impactó aquella experiencia a Dunant que a través de su libro "Un recuerdo de Solferino" y de una inquebrantable decisión de sensibilizar a los hombres de su época, logró no sin algunos inconvenientes y vicisitudes buscar apoyo en las naciones del mundo para la creación de la Cruz Roja.

Dunant ganó el primer Premio Nobel de la Paz en 1901 y murió en 1910. Pero como le ha ocurrido a buena parte de los grandes hombres de la historia, murió desamparado, sin fortuna, ni familia, ni amigos, pero dejando tras de sí, una obra de incalculable valor humano.

En su libro, Yépez Castillo nos narra los orígenes de la Cruz Roja en Venezuela. Su fundación y puesta en marcha, se deben al empuje e iniciativa de su primer presidente, Sir Vincent Kennett Barrington, nacido en 1844 en Bagni di Lucca de la Región Toscana de Italia, pero hijo de ingleses con ascendencia irlandesa. Desde joven tuvo contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja de Ginebra y participó en varias guerras en Europa y Asia como uno de sus comisionados en la organización de hospitales, cuerpos de ambulancias y socorro a los heridos y enfermos (1). Recibió en 1886 de manos de la Reina Victoria de Inglaterra el título de Sir, por tan valiosos servicios prestados a sus semejantes.

En 1890, Sir. Barrington, quien era políglota, deportista y excursionista infatigable, abogado y empresario (egresado como litigante de Cambridge y promotor en Venezuela de la fundación de la Cámara de Comercio), se trasladó a Sudamérica, primero a Brasil y luego a Argentina donde contribuyó a la creación de su Cruz Roja. Llegó a Venezuela bajo el gobierno del general Joaquín Crespo y fundó la Sociedad Venezolana de la Cruz Roja el 30 de enero de 1895, en el marco de las celebraciones en conmemoración del centenario del nacimiento del Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Al poco tiempo de su inauguración, desarrolló planes de acción puntuales: el estatuto, reglamentos internos y oficializó la personalidad jurídica a la Sociedad recién creada mediante la aplicación de la Convención de Ginebra. Fue su primer Presidente además de digno representante de las ideas humanitarias de Dunant. Renunció en abril de 1896 y murió en 1903 como consecuencia de un accidente en globo.

Luego de la gestión de Barrington hubo un prolongado lapso de inacción que transcurrió de 1900 a 1917, en gran parte debido a los continuos levantamientos armados de caudillos y montoneras en el interior del país y a la consolidación de la larga dictadura del tirano Juan V. Gómez, que dejaron sumida en la miseria a la nación y no ofrecieron apoyo ni ayuda gubernamental para la operatividad de la institución.

Con la aparición de la gripe española en 1918, hubo un fugaz renacer y protagonismo de la Cruz Roja Venezolana a través de la efectiva labor de la Comisión General de Estudiantes. Esta pandemia gripal que tuvo su origen entre las tropas francesas en abril de 1918, traspasó las fronteras y llegó a Caracas en octubre de ese año, cuando se conmemoraba el descubrimiento de América por España y duró hasta diciembre. En el interior de la nación perduró hasta 1920.

De 1919 a 1921, luego de la pandemia de influenza, hubo un progresivo resurgir de la institución, según los informes del entonces secretario Dr. Francisco A. Risquez, por la creación de un Dispensario General y Venereológico y la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja.

La actual sede del hospital inicia su historia con su edificación en 1893, apadrinada e inaugurada por el entonces presidente de Venezuela Joaquín Crespo. Funcionaba en sus instalaciones el Hospital de Niños, también conocido como Hospital Linares en honor a su promotor, el filántropo banquero Juan Esteban Linares. Al poco tiempo pasó a ser Hospital Militar y Naval.

En 1936, el instituto fue reinaugurado con la asistencia del entonces presidente de Venezuela general Eleazar López Contreras, posterior a una remodelación, dotación médico-quirúrgica moderna y una reorganización sustantiva de sus servicios acorde a las necesidades de salud de la población. Es entonces cuando maestros cirujanos de la talla del Dr. Manuel Corachán y García, quien vino de España y estuvo en Venezuela entre 1937 y 1941, llevó a cabo labores asistenciales y dejó un legado docente cuya semilla sería recogida por generaciones futuras de maestros cirujanos venezolanos. Asimismo se fueron conformando de manera efectiva Comités y Brigadas Educativas para la creación de la Cruz Roja Venezolana de la Juventud. Para 1938, fueron donados los terrenos contiguos al instituto por los hermanos Vollmer Boulton construyéndose en ellos la Escuela de Enfermeras Profesionales Francisco A. Risquez, inaugurada en su nueva sede en 1949 y que desde 1988 por decreto del entonces presidente de Venezuela Jaime Lusinchi, pasó a ser Colegio Universitario de Enfermería.

En 1940, a instancias del entonces Secretario General de la Cruz Roja Venezolana, Dr. Joel Valencia Parpacén, se propuso que los distintos Departamentos del Instituto se integraran bajo el nombre de Hospital "Carlos J. Bello" como " un reconocimiento a la preclara figura de uno de los más ilustres y activos presidentes de la institución", lo cual fue unánimemente aprobado.

El Dr. Carlos J. Bello nació en Valencia el 16 de julio de 1886 y murió en Caracas el 20 de febrero de 1933. Una epidemia de fiebre amarilla en 1905 y otra de peste bubónica en 1908, ocurridas en La Guaira, atrajeron la vocación asistencial del todavía estudiante de medicina. Entre 1910 y 1920 ejerció la medicina en varias ciudades de la región centro-occidental de Venezuela como San Juan de los Morros, Valencia, Villa de Cura, Maracaibo y San Cristóbal. Escribió entre 1918 y 1920 numerosos artículos científicos sobre temas de medicina tropical. Entre 1921 y 1925 desarrolló en Maracaibo y San Cristóbal una dinámica actividad asistencial en los Hospitales Chiquinquirá y San Juan de Dios respectivamente, del último de los cuales fue director.

Ya para 1925 se ubicó definitivamente en Caracas desempeñándose en el Hospital Vargas en funciones sanitarias y asistenciales. Fue Director de Epidemiología de la Dirección de Sanidad Nacional y luego Director de la Sanidad Nacional. Representó a Venezuela en Washington en la primera y segunda Conferencia Panamericana de Directores de Salud. En 1927 fue designado Presidente de la Cruz Roja Venezolana donde se dedicó en cuerpo y alma a la organización de los distintos servicios médicos, de los quirófanos y a la creación del "Cuerpo de Samaritanos de la Cruz Roja".

El Servicio de Cirugía General funciona en la Cruz Roja Venezolana prácticamente desde que fue reorganizado en 1928, bajo la presidencia del Dr. Augusto Pinaud y el Dr. Domingo Antonio Calatrava estaba encargado de su jefatura. Al principio fueron cuatro los servicios de cirugía y tiempo después, se reorganizaron en dos.

Algunos años más tarde, en 1939, con la fundación formal del Departamento de Cirugía, asumieron la Jefatura de los Servicios de Cirugía I y II sobresalientes y reconocidos cirujanos venezolanos de entonces.

De la Jefatura del Servicio de Cirugía I se encargó el Dr. Ricardo Baquero González. Lo sucedió el Dr. Aparicio Gómez Paoli y luego la jefatura la ocuparon los doctores Jacobo Vásquez, José Ochoa Rodríguez, Bruno Pohl, Miguel Zerpa Zafrané y José Herrera Brando. Actualmente el Jefe del Servicio I y Sub-Director del Curso de Posgrado es el Dr. Oscar Colina Cedeño.

La Jefatura del Servicio de Cirugía II ha sido desempeñada por los doctores Fernando Rubén Coronil, Eduardo Carbonell Izquierdo y José María Cartaya. El Dr. Pedro Manrique Lander asume la Jefatura en 1970 y funda en 1983 el Curso de Posgrado de Cirugía General que actualmente lleva su nombre. Para este momento es el Jefe del Departamento de Cirugía que agrupa a ambos Servicios y el Director del Curso de Posgrado. Actualmente el Jefe del Servicio II y Coordinador del Curso de Posgrado de Cirugía General es el Dr. Pedro Lizarraga León.

Entre las décadas de 1940 a 1980, el Hospital "Carlos J. Bello" se mantuvo en permanente evolución, acorde a la dinámica de los tiempos por los que le tocaba transcurrir. Se hizo obvio y necesario crear cursos médicos de posgrado en diferentes especialidades, que a través de una permanente actividad docente y asistencial, formara especialistas capaces de enfrentar los retos de un país y una institución en continuo crecimiento. El Dr. Pedro José Manrique Lander, asume el desafío de dicha responsabilidad y funda el Posgrado de Cirugía el 15 de enero de 1983. El Dr. Pedro Manrique es un reconocido cirujano con un notable y amplio currículum vitae, cuyo prestigio como médico es reconocido no sólo en nuestra ciudad capital sino en el resto de Venezuela. Es ejemplo para generaciones presentes y futuras de jóvenes médicos por cuanto ha dedicado a la institución poco más de cincuenta años de servicio activo continuo. Es Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina de la cual fue Presidente desde junio de 2000 a junio de 2002 y Miembro del Colegio Americano de Cirujanos. Asimismo, en 1982 fue Presidente de la Cruz Roja Venezolana y el primer venezolano (cuarto en Latinoamérica) en recibir la condecoración "Henri Dunant" otorgada en Birmingham (Gran Bretaña) en 1993 por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Desde 2002 es Presidente de la Junta Directiva del Palacio de las Academias.

Es al mismo tiempo miembro activo de la Asociación de Escritores Venezolanos y del Instituto Venezolano de la Cultura Hispánica. Ha obtenido importantes galardones como escritor de temas históricos y biografías de ilustres venezolanos. Fiel a su vocación docente, continúa esmeradamente formando nuevas generaciones de cirujanos.

El constante y elevado desempeño médico de este Curso de Posgrado de Cirugía General, ha recibido importantes premios y menciones honoríficas de carácter nacional, pues sin descuidar su papel asistencial para su comunidad, el curso realiza en paralelo trabajos de investigación médico quirúrgicos que le han valido a sus cursantes y a sus médicos especialistas adjuntos y asistentes, la condecoración "Dr. José Izquierdo" otorgada por el Colegio Médico del Distrito Metropolitano de Caracas por méritos docentes. Tanto los cursantes como su equipo de especialistas recibieron el Premio Nacional de la Academia de Medicina "Dr. José María Vargas" en 1994, en tributo a su labor investigativa, docente y asistencial.

Del libro de Yépez Castillo (1) tomamos nota que "en el año se realizan 44 000 consultas externas, 27 000 de ellas especializadas y se atienden 17 000 emergencias. El laboratorio clínico atiende 13 200 pacientes al año, radiología 10 500 casos y el banco de sangre realiza 2 000 transfusiones. Además de 36 estudiantes de pregrado, hay 72 de posgrado, distribuidos en las siguientes especialidades: 35 en ginecología, 18 en cirugía, 7 en cirugía plástica y reconstructiva, 6 en cirugía de la mano, 6 en gastroenterología y 8 odontólogos en posgrado de endodoncia".

El Hospital "Carlos J. Bello" es hoy día una edificación hospitalaria moderna y bien dotada que ha sabido vivir en armoniosa simbiosis con su comunidad la cual ha acudido a ella en busca de atención y salud y a cambio, esa comunidad no ha dudado en dar a su institución el reconocimiento y el apoyo que se ha ganado en poco más de cien años de vida útil.

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